07 abril 2013

Mahatame camión


Me parece de lo más acertado lo que han hecho en Algarinejo (Granada): cambiarle el nombre a una calle porque los vecinos decían que escribir el nombre de la anterior, Mahatma Gandhi, era complicado. Tienen toda la razón. Yo lo he escrito bien porque tengo conexión a Internet y a la vez que tengo abierto el word abro lo otro y voy y lo busco, pero si me pego una hostia con la bici por la calle y tengo que dar mis datos a la policía y vivo en esa calle, ¿qué les digo?: ¡no sé, tienes varias haches! Es que las haches intercaladas están ahí para joder, directamente. A mi me pasa siempre con todas las palabras que las llevan, que escribo todo rápido y bien y no fallo una letra pero me quedo mirando fijo y veo que le falta una hache y se me queda ahí en la mano como colgando y no sé dónde coño cae y casi como que lo echo a suertes. Es lo mismo que las comas: las pongo al final y al vuelo, como la sal a la ensalada. Porque ya me dirán ustedes si no queda igual de bien Mhajatma Ghandi o Majathma Ganhdi. Lo mismo es y todos sabemos de quién coño estamos hablando: de Ben Kingsley. Claro que tendríamos el problema de la ese: ¿dónde mierdas pongo la ese, antes de la ene, después de la ele, antes de la g? Por no hablar de la be de Ben, que la mitad lo pondría con uve. Un pollo, la verdad. Avenida de la Juventud, le han llamado. Yo hubiese puesto Calle del Indio Flaco, pero ellos sabrán, que a fin de cuentas los que tienen que escribirlo son ellos: avenida de la Juventud. Vaya puta mierda de nombre. Si aún fuese Juventud de Badalona... O Joventut. Y en la placa una foto del Matraco Margall con la mano muerta tirando de 3. Nada, juventud en general. Basura. No sé, a mi me cambian el nombre de mi calle así y me mudo a la calle Rabindranath Tagore. Y dejo de andar en bici.