05 abril 2013

Es muy feo


En su armario madriguera estará, lanzando a sus huestes a la calle para que tras sus palabras sean devorados por la opinión pública. No queda nada bonito lo que está haciendo Barcina, eso de no abrir la boca acerca de la imputación del que fuera su mentor y catapulta, del que es su sucesor en la alcaldía y de aquel con el que según ella tan bien se llevaba pero que abandonó el barco a mitad de camino –una vez superado el Cabo de Hornos, recordemos. Hornos es lo que hace falta aquí. Y mejores que los de Mediterránea-. No es bonito eso, que tengan que ser un recién llegado como Alli y la mujer para todo Goicoechea los que en dos apariciones y como es lógico sean abordados por los medios y uno diga que confía en la honradez de los imputados –honrado, de siempre, es quien no coge nada que no es suyo y quien cree que solo es suyo aquello que es digno de ser ganado con esfuerzo y no por pasar por ahí- y la otra suelte que la inspección de Can correspondía al Banco de España y no al gobierno, con lo cual no se entiende que cobraran y mucho menos se entiende que cuando dejaron de hacerlo obligados se subieran el sueldo, algo que pagamos entre todos, no como lo de Can, que no se pagaba entre todos y no afectaba directamente a nuestros bolsillos. Si los políticos fuesen valientes –que no lo son- dejarían bien claro que 60 y pico mil euros son poco para una presidenta, porque lo son, al margen de que te guste más o menos la presidenta. Pero no son valientes con eso, nunca lo han sido, pero sí para enviar por delante a los peones para que se vayan quemando y ver las reacciones y el alcance de la hoguera. Eso no es ser máxima responsable del partido y del gobierno que lleva 22 años casi seguidos al cargo del chiringuito. Eso es pensar exclusivamente en ti y no ganarse el sueldo.