Mamoneo
Leo que Jaime Lissavetzky, Secretario de Estado para el Deporte, va a despedir mañana en Barajas a una expedición que se va al Aconcagua (6.959 metros). Bien. La expedición no la forman deportistas paralímpicos, ni especiales de ningún tipo ni nada. La forman Juan Oiarzabal, Juan Vallejo (himalayistas ambos) y deportistas en activo o retirados como Gervasio Deferr, Fernando Escartín, Theresa Zabell, Amavisca, Martín Fiz y Chema Martínez. Bien. Van a intentar subir al Aconcagua por la ruta normal, ascendida por vez primera en 1897, y que, aún con todo el mérito que tiene subir hasta esa altura, no deja de ser un ascenso al alcance de millones de personas mínimamente preparadas y que tengan la suerte de aceptar bien la altitud (hay alpinistas que vuelan hasta los 5.000 metros y en cuanto pasan de ahí se les encharcan los pulmones o el cerebro. Es algo que no se entrena, pasa o no pasa). La expedición es un invento del diario Marca, que está en su perfecto derecho de hacer de esta excursión todo el espectáculo mediático que quiera, como si se quieren subir a San Cristóbal, y que de alguna manera tiene que sacar rendimiento al excelente contrato que con ellos tiene firmado Oiarzabal, ése buen himalayista que en 2003, con los 14 ochomiles ya en su haber, se fue al Cho Oyu (8.201 metros) para ayudar a subir a un amigo, Gumersindo Ibáñez, y el amigo no pasó de los 6.000 metros y él se subió dos veces dos (23 de septiembre y 5 de octubre) y se quedó tan ancho. Lo que no es de recibo es que un Secretario de Estado se preste a dar pábulo a semejante excursión, de altura pero excursión al fin y al cabo, que nada tiene que ver con el deporte de elite y sí con el mamoneo mediático que se practica en un diario de Madrid de la mano de un alpinista de Vitoria.
Leo que Jaime Lissavetzky, Secretario de Estado para el Deporte, va a despedir mañana en Barajas a una expedición que se va al Aconcagua (6.959 metros). Bien. La expedición no la forman deportistas paralímpicos, ni especiales de ningún tipo ni nada. La forman Juan Oiarzabal, Juan Vallejo (himalayistas ambos) y deportistas en activo o retirados como Gervasio Deferr, Fernando Escartín, Theresa Zabell, Amavisca, Martín Fiz y Chema Martínez. Bien. Van a intentar subir al Aconcagua por la ruta normal, ascendida por vez primera en 1897, y que, aún con todo el mérito que tiene subir hasta esa altura, no deja de ser un ascenso al alcance de millones de personas mínimamente preparadas y que tengan la suerte de aceptar bien la altitud (hay alpinistas que vuelan hasta los 5.000 metros y en cuanto pasan de ahí se les encharcan los pulmones o el cerebro. Es algo que no se entrena, pasa o no pasa). La expedición es un invento del diario Marca, que está en su perfecto derecho de hacer de esta excursión todo el espectáculo mediático que quiera, como si se quieren subir a San Cristóbal, y que de alguna manera tiene que sacar rendimiento al excelente contrato que con ellos tiene firmado Oiarzabal, ése buen himalayista que en 2003, con los 14 ochomiles ya en su haber, se fue al Cho Oyu (8.201 metros) para ayudar a subir a un amigo, Gumersindo Ibáñez, y el amigo no pasó de los 6.000 metros y él se subió dos veces dos (23 de septiembre y 5 de octubre) y se quedó tan ancho. Lo que no es de recibo es que un Secretario de Estado se preste a dar pábulo a semejante excursión, de altura pero excursión al fin y al cabo, que nada tiene que ver con el deporte de elite y sí con el mamoneo mediático que se practica en un diario de Madrid de la mano de un alpinista de Vitoria.
1 Comments:
Nagore: ¿te gusta volar en globo? Es que no me gustaría que te dieran la patada por decir la verdad. Hay ciertos santones que tienen bula. Suerte.
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