02 febrero 2006


Qué casa

Estamos tan solos.. Hay un hombre que, al margen de su mujer y de su hijo, ha ido a comprobar, entre otras cosas, lo absolutamente solo que está. Y hoy, seguramente en el día de su muerte, se ha dao cuenta de que sí, de que no hay nadie que le espere, de que no hay nadie que le haga las natillas. Ese hombre es, hoy y mañana, el mejor ochomilista, junto con Denis Urubko, Simone Moro e Iñaki Ochoa de Olza, de la actualidad. Una persona que, precisamente por estar por encima del bien y del mal, se asemeja a alguien que hoy no vale nada. Bah, es un ochomilista, seguro que no valora la vida. Mentira, puta mentira, una de las mentiras más terribles que existen en la actualidad. Un ochomilista valora la vida igual que nosotros, igual de fuerte, sabe el valor de un café a media mañana, sabe el sabor de un soplo de aire. La única diferencia es que está en otra dimensión, en un lugar en el que las personas nos medimos por lo que hacemos y no por lo que los demás pensamos que valemos. Ayer se paró la búsqueda por Jean Christophe Lafaille, al que sus amigos llamaban Asterix, un pequeño francés que, entre otras cosas, había ascendido 11 ochomiles por las rutas más inesperadas. ¿Sentido? Ninguno, eso es cierto, pero ¿qué sentido tiene hacer lo nuestro? Y nosotros no pensamos en ello, lo dejamos pasar. Es más importante hacer algo, aunque no sepamos qué hacemos. El caso es hacer algo y mostrarlo, seguir la rueda, algo hermoso o tétrico. Las personas que lo dejan todo por un ochomil, normalmente saben de lo que se hablan. Persiguen sus sueños en lugar de que sus sueños los persigan a ellos, que es lo que, habitualmente, nos pasa a los demás. Por eso cuando, muy de vez en cuando, alguien pierde el hilo de camino a casa, yo siempre me pregunto: ¿pero qué camino? ¿pero qué casa?

11 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Que cierto eso que escribes de los sueños. La verdad es que no había oído hablar nada de Axteris, y siento lo que le ha sucedido.
Te leo a menudo en el Diario y en blog. Hasta otra.

5:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo no soy ochomilista, soy un vulgar findemesista (sólo tenemos 12 cumbres en vez de 14) y te dire a las preguntas con las que acabas el artículo que las contestas tú mismo al principio del mismo. El camino es el de casa y la casa es aquella en la que viven, ahora solos Katia, Tom y Jeremi, esos que por la noche te dicen "te quiero mucho cariño" o simplemente cuando te ven se echan a tus brazos diciendo solamente "aitaaaa". Esos que ya no tendran a quien abrazar o besar o contar sus penas y alegrias diarias porque el tio ese decidio ir a ver lo solo que estaba. Sobran los demas comentarios. A los que les queda todo el himalaya vital por subir (sin sherpa) es a los que el ha dejado aqui por demostrar que no sólo los de Bilbao son unos machotes.

9:16 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

no digo que no tengas razón javier, pero supongo que la mujer de Lafaille ya sabía a qué se dedicaba su marido antes de juntarse no. Es más, yo sigo algo esto y veo que era su manager y la que llevaba todo el tema de publicidad y eso. Pero, insisto, también tienes mucha razón, pero no se iba en contra de la voluntad de nadie. me parece que es más complicado de lo que parece

9:28 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Esto, javier miguel, si crees que Lafaille escalaba para demostrar que era un machote es que no comprendes nada.
Ese hijo que te dice "Aitaaa" sólo es la expresión físiica de tu propio egoismo.
Sueña un poco, y así sacarás la cabeza por encima de tu mundo de machotes
Yo creo que los hijos de Lafaille estarán orgullosos de tener, o heber tenido, un padre así,
Y un poco de respeto, hombre, que ni siquiera se sabe seguro si esta muerto.

1:11 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Mucha emoción, eso es lo que he sentido al leer la columna de hoy. Lo siento por todos

4:40 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Emocionante columna.Nacho Vegas describe muy bien la condición de ochomilista en una de sus mejores canciones, dedicada a Juanito Oiarzabal:

Cerca del cielo

Si pudiera elegir
sólo un deseo
pediría vivir
siempre cerca del cielo,
de un cielo tan real
como el abismo,
en una guerra tan cruel
como la de uno contra uno mismo.

¿Querrás consentir
a quien quiere vivir
así, así, así ...
como Sísifo?

Empeñado en subir, para luego bajar
por pendientes imposibles.
No cejé un tanto así y al final conseguí
completar los catorce ocho miles,
y aún me sobró tiempo para gritarle a los astros:
"ved lo que soy",
y que el resto no es más
que guijarros que caen al vacío.

Sólo yo contra mí
y contra los elementos,
calculando al milímetro
el más leve movimiento.
Mi cruz es de piedra
y mira al precipicio.
Seguiré hasta el final,
seguiré hasta el día del Juicio.

¿Querrás consentir
a quien quiere morir
aquí, aquí, aquí ...
en los Alpes?

Y que vuelve a subir, y después descender
por terrenos casi impracticables.
Si consigo avanzar tal vez logre ahogar
algo dentro de mí inextirpable,
algo que se retuerce y que no se detiene
y que hará que ahora vuelva a repetirlo:
cuando haya de morir quiero hacerlo aquí,
CERCA DEL CIELO.

Y me aferro a una roca más dura que dios
y la falta de oxígeno nubla mi cabeza
y sé que un poco más bastará para salvarme,
un trozo de verdad bastará para salvarme,
un centímetro bastará para salvarme,
una sola gota bastará para salvarme,
un poco de paz bastará para salvarme,
un trozo de verdad bastará para salvarme

5:18 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

a Oiarzabal lo que le suele bastar para salvarle es otro montañero que se juegue la vida por él, como en el K2 o en el Kangchenjunga o ... Que se retire, que es un lastre para los demás.

5:35 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hombre, tambien le salva el güisky... Que no se retire, que siempre nos ha gustado el circo y los payasos...

5:31 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Ese Nacho Vegas me parece un canso de marca mayor!
Igual le va bien a Juanito que necesita del halago y la coba para sobrevivir. El ochomilista es otra cosa, es otra historia.
Basta leer algún libro, las declaraciones de los protagonistas,.....
El Marca como dogma no me va.
Lafaille creo que era un buen tipo. Descanse en paz.

10:59 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Para el anonimo del "respeto", de los hijos orgullosos y el egoismo: no se lo que pensarán los demas pero seguro que tu no tienes hijos. Un hijo (yo al menos como tal) estoy orgulloso de mi padre que nunca ha subido un ochomil porque me ha hecho un hombre y ha estado, afortunadamente, conmigo cuando lo he necesitado. Esos crios, que no eligieron ese padre, no lo tendrán, y no lo tendran porque el padre`penso primero en él (la madre por lo que se ve tambien) y despues en él otra vez. ESO SI ES EGOISMO.

4:21 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

supongo entonces que deduces que todos los padres del mundo deben de quedarse en casa hasta que el niño tenga 18 o 21, no conducir rápido, no beber más de la cuenta si van a coger el coche, no hacer nada que en definitiva les ponga en peligro? Me parece demasiada atadura. Los huérfanos, desafortunadamente, existen y también los hombres que van en busca de sus sueños con todo lo que ello conlleva, porque, al final, querido amigo, sólo uno mismo cumple sus sueños y no mirándose en el espejo de sus hijos. Y seguro que este hombre no fue a morir y no habría ido si lo hubiese sabido, pero, aaamigo, eso lo no sabemos ninguno. En el sofá sín que no pasa nada, como mucho una hernia.

4:51 p. m.  

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