Don Simón
Tengo una edad, pero cada vez que la abuela me manda bajar a por vino a la carpintería a la hora de la cena paso un miedo del copetín. No lo supero. Sí que había superao ya el pánico que me daba meter los periódicos y los cartones, uno a uno, en ese contenedor tan entretenido que nos puso la Mancomunidad y que parecía que le estabas metiendo la mano por el culo a una vaca peluda para ver si soltaba el ternero. Los primeros días asomaba la cabeza por entre las cerdas para cerciorarme de que allá abajo efectivamente no estaban Hannibal Lecter o los mismísimos hermanos Izquierdo, los de Puerto Urraco, a punto de terminarse el pan cabezón y el kilo y medio de queso, que esta gente tiene muy malas digestiones. Hasta preguntaba. Pero luego le fui cogiendo el truco, me relajé y, los días de lluvia, hasta aprovechaba para ducharme. Era meter un periódico y ¡zaska!, agua, restos de porquería, polvo, se me quedaba el pelo mucho más sedoso que a las trillizas de Julio Iglesias, María Eugenia, María Emilia y María Laura, ¡toma ya memoria! (y sin mirar en google). Pero van ahora y anuncian que los van a cambiar y aseguran que es porque la gente se queja. La gente es que es tremenda, se queja por todo. No dicen nada de que con semejante invento del profesor bacterio haya bajado el reciclaje, qué va, si no por la gente, que es muy tiquismiquis. Perdonen, que me he asustao, que acaba de entrar por la ventana la nariz del que redactó el comunicado. Bueno, pues si, como dice, la Mancomunidad hace caso a la gente, yo, que soy gente, le pido que haga más grandes los agujeros por los que se meten las latas y los briks, que mi abuela bebe mucho Don Simón (dice que el agua le pone triste el estómago) y de tres en tres tarda una eternidad. Y llega a misa con el partido empezao.
Tengo una edad, pero cada vez que la abuela me manda bajar a por vino a la carpintería a la hora de la cena paso un miedo del copetín. No lo supero. Sí que había superao ya el pánico que me daba meter los periódicos y los cartones, uno a uno, en ese contenedor tan entretenido que nos puso la Mancomunidad y que parecía que le estabas metiendo la mano por el culo a una vaca peluda para ver si soltaba el ternero. Los primeros días asomaba la cabeza por entre las cerdas para cerciorarme de que allá abajo efectivamente no estaban Hannibal Lecter o los mismísimos hermanos Izquierdo, los de Puerto Urraco, a punto de terminarse el pan cabezón y el kilo y medio de queso, que esta gente tiene muy malas digestiones. Hasta preguntaba. Pero luego le fui cogiendo el truco, me relajé y, los días de lluvia, hasta aprovechaba para ducharme. Era meter un periódico y ¡zaska!, agua, restos de porquería, polvo, se me quedaba el pelo mucho más sedoso que a las trillizas de Julio Iglesias, María Eugenia, María Emilia y María Laura, ¡toma ya memoria! (y sin mirar en google). Pero van ahora y anuncian que los van a cambiar y aseguran que es porque la gente se queja. La gente es que es tremenda, se queja por todo. No dicen nada de que con semejante invento del profesor bacterio haya bajado el reciclaje, qué va, si no por la gente, que es muy tiquismiquis. Perdonen, que me he asustao, que acaba de entrar por la ventana la nariz del que redactó el comunicado. Bueno, pues si, como dice, la Mancomunidad hace caso a la gente, yo, que soy gente, le pido que haga más grandes los agujeros por los que se meten las latas y los briks, que mi abuela bebe mucho Don Simón (dice que el agua le pone triste el estómago) y de tres en tres tarda una eternidad. Y llega a misa con el partido empezao.
6 Comments:
YA SE QUE IGUAL ES UNA PREGUNTA UN POCO PERSONAL, PERO ME INVADE LA CURIOSIDAD. TU ABUELA ES ALCOHOLICA?.
No gilipollas le gusta mucho el zumo
MUXARRA, te habrás quedado contento. Voy a proponerte para el premio al valor y a la inteligencia. ¡Pero qué paciencia hay que tener!
Prefiero la vulva de la baca mil veces a tratar de meter una bolsa de basura tamaño standard por el orificio de su contenedor correspondiente en un día de lluvia. La abuela de Nagore puede beber Don Simón, zumo o vino de misa en las cantidades que le plazca que para eso es mayorcita. Para eso y para otras muchas cosas.
ha llegao a mis oídos que la abuela de la muxarra anónima es idéntica a la del Nagore. Bueno, tanto, que es la misma, así que así se lo hago saber
La muxarra se ha topado con la guardia pretoriana del Nagore. Je, a ver si aprende.
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