Inventadas
A Batasuna le pasa lo que a mí, que soy hipocondríaco. Ahora mismo estoy planeando una peritonitis. A los hipocondríacos nos pasa que, a fuerza de dar la pelmada y de inventarnos los males, no nos hace caso nadie y cuando nos da el jamacuco real, nos miran con cara de asco, nos dan una aspirina y nos vamos pal otro barrio, de muy mala leche. Mismamente, mi epitafio en la lápida iba a ser: “Ya os dije que estaba enfermo”. Digo iba porque prefiero que me quemen (con lo flaco que estoy me pueden quemar con mechero) y me tiren a un campo de mi pueblo, a controlar a los pescadores. A Batasuna, que cambia más de nombre que Prince y Tamara juntos, le ha pasao parecido, que le duele algo pero no sabe el qué pero por si acaso se queja. Y eso es peligroso, porque luego llega el momento de enfrentarse a la que podría ser la fase final de la enfermedad de verdad y a su posible solución y los médicos le mandan a tomar por saco, por falso, mentiroso y canso. Y no le dejan ni la opción de poder decir 33 cuando tal vez iba a decir 33 y quizá ese 33 podría servir para algo, aunque, a estas alturas, vaya usted a saber, que los hipocondríacos lo mismo decimos una cosa que decimos la otra, como Pazos. El caso es que ayer iba a decir algo, pero los médicos, que en según que cosas tienen mucha razón con este paciente en concreto pero en según qué otras se equivocan de receta, ni siquiera le han dejado ir a la cita, lo que, en el caso de un hipocondríaco, es un error, porque se inventa más males todavía y hasta le sirve para ganarse el apoyo de familiares y amigos, a los que les revienta tener cerca un tocapelotas pero más que no le dejen ni hablar, que muchas veces hablar no hace daño, aunque otras sí. Mal asunto el de las enfermedades inventadas. Y el de la automedicación.
A Batasuna le pasa lo que a mí, que soy hipocondríaco. Ahora mismo estoy planeando una peritonitis. A los hipocondríacos nos pasa que, a fuerza de dar la pelmada y de inventarnos los males, no nos hace caso nadie y cuando nos da el jamacuco real, nos miran con cara de asco, nos dan una aspirina y nos vamos pal otro barrio, de muy mala leche. Mismamente, mi epitafio en la lápida iba a ser: “Ya os dije que estaba enfermo”. Digo iba porque prefiero que me quemen (con lo flaco que estoy me pueden quemar con mechero) y me tiren a un campo de mi pueblo, a controlar a los pescadores. A Batasuna, que cambia más de nombre que Prince y Tamara juntos, le ha pasao parecido, que le duele algo pero no sabe el qué pero por si acaso se queja. Y eso es peligroso, porque luego llega el momento de enfrentarse a la que podría ser la fase final de la enfermedad de verdad y a su posible solución y los médicos le mandan a tomar por saco, por falso, mentiroso y canso. Y no le dejan ni la opción de poder decir 33 cuando tal vez iba a decir 33 y quizá ese 33 podría servir para algo, aunque, a estas alturas, vaya usted a saber, que los hipocondríacos lo mismo decimos una cosa que decimos la otra, como Pazos. El caso es que ayer iba a decir algo, pero los médicos, que en según que cosas tienen mucha razón con este paciente en concreto pero en según qué otras se equivocan de receta, ni siquiera le han dejado ir a la cita, lo que, en el caso de un hipocondríaco, es un error, porque se inventa más males todavía y hasta le sirve para ganarse el apoyo de familiares y amigos, a los que les revienta tener cerca un tocapelotas pero más que no le dejen ni hablar, que muchas veces hablar no hace daño, aunque otras sí. Mal asunto el de las enfermedades inventadas. Y el de la automedicación.
6 Comments:
tú si que eres un Maestro, jodido. queda tan claro cuando lo escribes que parece fácil y todo,como si cualesquiera de los de a pie pudiéramos discurrir igual...
vamos,que casi siempre estamos de acuerdo. Aupa Osasuna.
¿Seguro que el epitafio “Ya os dije que estaba enfermo” es de usted? ¿No era una gracia de un tal Tom Waits que usted se apropia para justificar su hipocondría literatria? Sus artículos son excelentes, sr. Nagore, pero no le robe a las estrellas.
Eduardo Portillo
Cierto Eduardo, pero le aseguro que, en el momento de redactarlo, no me acordaba del autor, aunque sí de la frase y no quise poner "alguien del que no me acuerdo". Es, como me ha asegurado, de Tom Waits, pero tampoco creo que yo diga que es original mío, ni mucho menos, simplemente que mi epitafio iba a ser ése. Como ve, es la primera vez que contesto a un comentario y es que un seguidor de Waits, al que no tengo ninguna intención de robarle nada, se lo aseguro, lo merece. Gracias por la aclaración.
Un saludo.
Tu Portillo, no te pases, que el Waits al lado del Dylan es como La Barcina al lao del Churchill...
Ademas seguro que estaba, no ya enfermo sino borracho, cuando o dijo
NAGORE FOR PRESIDENT¡¡¡
Que Nagore esté flaco y sea hipocondríaco no me sorprende. Que Batasuna&Co. fueran a decir algo alejado del discurso habitual y además interesante para la paz y tranquilidad de sus no adeptos me extrañaría en grado sumo. Con una rueda informativa o nota de prensa se pueden decir cosas de mucha enjundia y no hace falta montar escándalo alguno que es lo que les interesa. A ellos y a otros muchos. Por cierto, gracias Nagore por dar la cara y responder a los fieles. Que no sea la última
Fco.
PA´STOS PEQUEÑOS IGNORANTES Q NOS DA LA NATURALEZA CONTRA ELLA MISMA.
A/At.: Nagore
Haberlos hailos, si! hipo-condriacos, pero tmbien, por haberlos, hay hipo-critas. Vosotros los españoles, soys los q ignoran una enfermedad degenerativa q habeis creado vosotros mismos y con la q quereis undir un pueblo fuerte rico e inigualable. Hipocritas que la propia naturaleza (historia del hombre) ha creado en su prorpia contra.
Jexux.
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