Irujo
Indurain nos dejó un gran legado y un carácter difícilmente repetible, ni bueno, ni malo, sólo el suyo. El problema es que desde que instauró esa forma de hacer y decir, todo aquel que no actúa de similar manera parece ser un macarra o un engreído, directamente. Y eso no es así, no todo es o blanco o negro. Digo esto porque el otro día se montó una mediana en la elección de material del Irujo-Eulate contra Esáin-Ruiz, que se juega mañana. Irujo acabó muy mosqueao con el material, que, según los presentes, más que pelotas eran misiles de corto alcance. Nada nuevo, lo del material. Pero la diferencia fue que Irujo no atendió luego a los medios y algunos elevaron sus quejas por ello y por el fuerte carácter del de Ibero. Patxi Ruiz señaló incluso que “a ellos parece que les gusta quejarse”. Nada tengo contra Ruiz, pero juro que a mí me hacen la estorbada que Irujo (consciente o inconscientemente, eso sólo lo sabe Irujo) le hizo a Ruiz en la semifinal del Manomanista del 2005, y además le dan el punto a Irujo, como así fue, y le pego fuego al frontón (y así fumamos todos). Ruiz se limitó a mover un poco los hombros. No lo critico. Me limito a valorarlo. Tal vez Irujo no hizo bien al no atender a los medios o quizá pensó que con el cabreo que llevaba la iba a liar más, no sé. Conozco a Irujo, a qué negarlo. Bueno, no, conozco al Irujo que va desde sus 0 a sus 10 años. Desde entonces no le he vuelto a ver en persona, pero sí todos sus partidos televisados y sus declaraciones. Y me parece, es una opinión, que hasta la fecha tiene el carácter que hace falta en la cancha y, fuera de ella, el que Charol y Vitori le enseñaron; templado y, por ahora, respetuoso. Y es que confundir nervio y temperamento con chulería es un insulto a la diversidad del género humano.
Indurain nos dejó un gran legado y un carácter difícilmente repetible, ni bueno, ni malo, sólo el suyo. El problema es que desde que instauró esa forma de hacer y decir, todo aquel que no actúa de similar manera parece ser un macarra o un engreído, directamente. Y eso no es así, no todo es o blanco o negro. Digo esto porque el otro día se montó una mediana en la elección de material del Irujo-Eulate contra Esáin-Ruiz, que se juega mañana. Irujo acabó muy mosqueao con el material, que, según los presentes, más que pelotas eran misiles de corto alcance. Nada nuevo, lo del material. Pero la diferencia fue que Irujo no atendió luego a los medios y algunos elevaron sus quejas por ello y por el fuerte carácter del de Ibero. Patxi Ruiz señaló incluso que “a ellos parece que les gusta quejarse”. Nada tengo contra Ruiz, pero juro que a mí me hacen la estorbada que Irujo (consciente o inconscientemente, eso sólo lo sabe Irujo) le hizo a Ruiz en la semifinal del Manomanista del 2005, y además le dan el punto a Irujo, como así fue, y le pego fuego al frontón (y así fumamos todos). Ruiz se limitó a mover un poco los hombros. No lo critico. Me limito a valorarlo. Tal vez Irujo no hizo bien al no atender a los medios o quizá pensó que con el cabreo que llevaba la iba a liar más, no sé. Conozco a Irujo, a qué negarlo. Bueno, no, conozco al Irujo que va desde sus 0 a sus 10 años. Desde entonces no le he vuelto a ver en persona, pero sí todos sus partidos televisados y sus declaraciones. Y me parece, es una opinión, que hasta la fecha tiene el carácter que hace falta en la cancha y, fuera de ella, el que Charol y Vitori le enseñaron; templado y, por ahora, respetuoso. Y es que confundir nervio y temperamento con chulería es un insulto a la diversidad del género humano.
2 Comments:
Se te ve el plumero, eres más de Irujo que el patín.
Se te ve el plumero, eres más de Irujo que el patín.
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