Muy clarito
Como casi siempre, salimos perdiendo los animales de sofá, mientras unos y otros, con sus razones y sus justificaciones, se acusan mutuamente del destrozo. Y los animales de sofá, sin ver el Gran Premio Miguel Induráin, la única prueba ciclista profesional que se celebra en Navarra. Que TVE se ha comportado en este caso como una recua de forajidos no lo duda nadie, aunque al animal de sofá siempre le quedará la duda de qué hubiera pasado si aquí gobernara el PSOE o allá el PP. Que el Club Ciclista Estella no actúa de un modo lógico dejando en manos del Gobierno de Navarra la negociación televisiva pues también es cierto, aunque si ese sistema ha funcionado durante años y años, se supone que es porque el Club Ciclista Estella confía en que el Gobierno tenga la suficiente cintura como para que los aficionados veamos la carrera, que al fin y al cabo es lo que cuenta, ya sea por La 2, por ETB o por ciencia infusa. El caso es que se rompe la baraja con TVE, se llega a un acuerdo con ETB para que ofrezca la carrera –pagando como, tristemente, se hace con todas las carreras del calendario nacional e internacional- y llega el padre de la patria de turno y, sin explicación alguna, cierra también esa puerta, la última que quedaba abierta con suficientes medios técnicos como para retransmitir un evento complicado de esas características. Encantadora situación. De lo que no cabe ninguna duda es que cuando uno se autoadjudica una responsabilidad, que es que la carrera llegue a los televisores de los navarros, y no lo logra, algo se ha hecho pero que muy mal. Así que el Club Ciclista Estella lo tiene muy clarito para el año que viene, porque con esta Celestina que tiene últimamente negociando casi mejor el difunto Jesús Puente con el zumo de naranja y la caravana.
Como casi siempre, salimos perdiendo los animales de sofá, mientras unos y otros, con sus razones y sus justificaciones, se acusan mutuamente del destrozo. Y los animales de sofá, sin ver el Gran Premio Miguel Induráin, la única prueba ciclista profesional que se celebra en Navarra. Que TVE se ha comportado en este caso como una recua de forajidos no lo duda nadie, aunque al animal de sofá siempre le quedará la duda de qué hubiera pasado si aquí gobernara el PSOE o allá el PP. Que el Club Ciclista Estella no actúa de un modo lógico dejando en manos del Gobierno de Navarra la negociación televisiva pues también es cierto, aunque si ese sistema ha funcionado durante años y años, se supone que es porque el Club Ciclista Estella confía en que el Gobierno tenga la suficiente cintura como para que los aficionados veamos la carrera, que al fin y al cabo es lo que cuenta, ya sea por La 2, por ETB o por ciencia infusa. El caso es que se rompe la baraja con TVE, se llega a un acuerdo con ETB para que ofrezca la carrera –pagando como, tristemente, se hace con todas las carreras del calendario nacional e internacional- y llega el padre de la patria de turno y, sin explicación alguna, cierra también esa puerta, la última que quedaba abierta con suficientes medios técnicos como para retransmitir un evento complicado de esas características. Encantadora situación. De lo que no cabe ninguna duda es que cuando uno se autoadjudica una responsabilidad, que es que la carrera llegue a los televisores de los navarros, y no lo logra, algo se ha hecho pero que muy mal. Así que el Club Ciclista Estella lo tiene muy clarito para el año que viene, porque con esta Celestina que tiene últimamente negociando casi mejor el difunto Jesús Puente con el zumo de naranja y la caravana.
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