Padre
Salvo casos desgraciados, todos tenemos un padre. Bueno, casi todos, menos el hijo de Ivonne Reyes y Gonzalo Miró, que a cambio tiene una novia menuda y una suegra. Y menuda suegra tiene, el que no tiene padre, al menos conocido, que de alguna manera es como no tener padre, porque cuando la gente se caga en él es como hacerlo sobre una entelequia o al buen tun-tun y eso a la gente no le gusta, quiere abonar terreno conocido. De ahí que los jornaleros andaluces prefieran cagarse en la suegra de Gonzalo, por ese tema del no padre o, mejor, por méritos propios. Escatologías aparte, tener un padre es buena cosa (no digo que tener dos madres no lo sea, sólo que tener un padre es buena cosa, que aquí últimamente hay que puntualizarlo todo), aunque en ocasiones, que no es mi caso, haya que estar de acuerdo con el actor George Burns cuando dijo que “la felicidad es tener una gran familia, cariñosa, diligente y que se preocupe por uno: pero en otra ciudad”. Ayer mismo vi a montones de críos con sus madres saliendo de las tiendas, consumiendo como lobos. Luego seguro que le dibujarán una postal con una casa y un perro y un sol y un señor y pondrán al lao del señor Mi papá o Te quiero mucho papá. Más os valdría haberos ahorrao la compra y gastar menos en actimeles (antes te daban un chusco pan y un pastilla de Dolca y a circular, ahora si no se meten tres actimeles al día no son nada. Nos van a salir todos decatletas). Porque esto del Día del Padre es un invento de los yankees, que son unos horteras, en general, y sólo busca el consumo, con el que a los Ramones Areces y Mohameds Al Fayeds que en el mundo son se les abrió el cielo. Una vergüenza. Por cierto papá, ¿qué quieres de regalo? “Que te calles, que está jugando Irujo. Y no comas tantos actimeles, manirroto”.
Salvo casos desgraciados, todos tenemos un padre. Bueno, casi todos, menos el hijo de Ivonne Reyes y Gonzalo Miró, que a cambio tiene una novia menuda y una suegra. Y menuda suegra tiene, el que no tiene padre, al menos conocido, que de alguna manera es como no tener padre, porque cuando la gente se caga en él es como hacerlo sobre una entelequia o al buen tun-tun y eso a la gente no le gusta, quiere abonar terreno conocido. De ahí que los jornaleros andaluces prefieran cagarse en la suegra de Gonzalo, por ese tema del no padre o, mejor, por méritos propios. Escatologías aparte, tener un padre es buena cosa (no digo que tener dos madres no lo sea, sólo que tener un padre es buena cosa, que aquí últimamente hay que puntualizarlo todo), aunque en ocasiones, que no es mi caso, haya que estar de acuerdo con el actor George Burns cuando dijo que “la felicidad es tener una gran familia, cariñosa, diligente y que se preocupe por uno: pero en otra ciudad”. Ayer mismo vi a montones de críos con sus madres saliendo de las tiendas, consumiendo como lobos. Luego seguro que le dibujarán una postal con una casa y un perro y un sol y un señor y pondrán al lao del señor Mi papá o Te quiero mucho papá. Más os valdría haberos ahorrao la compra y gastar menos en actimeles (antes te daban un chusco pan y un pastilla de Dolca y a circular, ahora si no se meten tres actimeles al día no son nada. Nos van a salir todos decatletas). Porque esto del Día del Padre es un invento de los yankees, que son unos horteras, en general, y sólo busca el consumo, con el que a los Ramones Areces y Mohameds Al Fayeds que en el mundo son se les abrió el cielo. Una vergüenza. Por cierto papá, ¿qué quieres de regalo? “Que te calles, que está jugando Irujo. Y no comas tantos actimeles, manirroto”.
2 Comments:
Vale, Jorge, yo entiendo que el domingo es el domingo, pero sería más legal con tus lectores que hagas la advertencia general de que colgarás tu artículo del blog todos los días hacia las 16 horas, menos el día del Señor que lo colgarás cuando te dé por ahí, que suele ser ya más cerca del lunes que otra cosa.
Oído cocina.
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