Rubio o negro
Ahora ustedes creen que porque es 14 de abril y voy de enrollao va y me voy a marcar un panegírico a favor la República ¿no? Pues no. Cómprense El País. O miren en las páginas de dentro de éste, que seguro que hay gentes, buenas gentes, que se han puesto a ello. A mí la República me importa menos que el futuro de Javier Aguirre, siempre y cuando mientras esté esté a lo que hay que estar. Vamos, como que no tenemos suficiente con las elecciones locales, las autonómicas, las europeas, las generales y encima una más para elegir presidente de la República. Como los franceses, que hace años que no sé quién es el presidente, quién el primer ministro y quién el maillot amarillo del Tour. Un cisco. Lo que sí estoy es a favor de abolir la Monarquía. O de demolerla, pero avisando ¡eh!, no como a esa pareja que casi les tiran la casa con ellos dentro en la Rotxa. Y eso que este Rey también me cae bien, pero me pasa como con los profesores progres que teníamos en el Opus, que tenían los que más peligro. Así se los gana a todos, con la simpatía. Y no digo que haga mal lo que haga, aunque no sé lo qué es, pero ya me dirán qué sentido tiene que por haber nacido de una determinada señora vaya a tener que saludarle yo o cualquiera con una reverencia como si fuera Milosevic (el nuestro, el bueno, no aquel al que no encontraron sangre en veneno). Pues ninguno. Por que si naces hijo de Paquirri y Carmina pues normal que salgas guapo y torero, no vas a salir segalari y con el pelo de Anasagasti, pero a ésos al menos no hay que reverenciarles. Pues no. Él, Rey. Ella, Reina. El otro, alfil. No hay por dónde cogerlo. ¿Y qué ponemos entonces? Pues lo que cantaba Manolo Kabezabolo: “Dame también un zigarro/ rubio o negro me da igual/ no estamos para elegir/ los ke lo llevamos mal”.
Ahora ustedes creen que porque es 14 de abril y voy de enrollao va y me voy a marcar un panegírico a favor la República ¿no? Pues no. Cómprense El País. O miren en las páginas de dentro de éste, que seguro que hay gentes, buenas gentes, que se han puesto a ello. A mí la República me importa menos que el futuro de Javier Aguirre, siempre y cuando mientras esté esté a lo que hay que estar. Vamos, como que no tenemos suficiente con las elecciones locales, las autonómicas, las europeas, las generales y encima una más para elegir presidente de la República. Como los franceses, que hace años que no sé quién es el presidente, quién el primer ministro y quién el maillot amarillo del Tour. Un cisco. Lo que sí estoy es a favor de abolir la Monarquía. O de demolerla, pero avisando ¡eh!, no como a esa pareja que casi les tiran la casa con ellos dentro en la Rotxa. Y eso que este Rey también me cae bien, pero me pasa como con los profesores progres que teníamos en el Opus, que tenían los que más peligro. Así se los gana a todos, con la simpatía. Y no digo que haga mal lo que haga, aunque no sé lo qué es, pero ya me dirán qué sentido tiene que por haber nacido de una determinada señora vaya a tener que saludarle yo o cualquiera con una reverencia como si fuera Milosevic (el nuestro, el bueno, no aquel al que no encontraron sangre en veneno). Pues ninguno. Por que si naces hijo de Paquirri y Carmina pues normal que salgas guapo y torero, no vas a salir segalari y con el pelo de Anasagasti, pero a ésos al menos no hay que reverenciarles. Pues no. Él, Rey. Ella, Reina. El otro, alfil. No hay por dónde cogerlo. ¿Y qué ponemos entonces? Pues lo que cantaba Manolo Kabezabolo: “Dame también un zigarro/ rubio o negro me da igual/ no estamos para elegir/ los ke lo llevamos mal”.
1 Comments:
A mí si me importa, quiero que podamos elegir con libertad aquello que nos impusieron vitaliciamente y con sucesión sanguínea.
Aunque tengamos una Elección más y las que haga falta.
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