06 abril 2007

Richards
Keith Richards es un personaje delicioso. Ahora ha vuelto a saltar a la actualidad porque ha asegurado que en 2002 se esnifó las cenizas de su padre, con el que por cierto no se llevaba del todo bien, lo que ha provocado un gran revuelo. “A mi padre no le habría molestado, le hubiera importado una mierda”, aseguró el legendario guitarrista de los Stones. No obstante, Jane Rose, que fuera su manager durante largos años, ha afirmado que “Keith lo dijo en broma. No me puedo creer que nadie se haya tomado esto en serio”. Es lo de menos. Lo realmente curioso es que haya sido capaz de decirlo en una entrevista, haciendo saltar por los aires, de nuevo, todas las convenciones sociales. Pero, una vez más, lo más apetitoso de la entrevista se ha quedado en un segundo plano, cuando dice: “Los grupos de rock actuales son un montón de mierda, porque intentan ser algo que no son”. Eso es muy cierto, porque la gran mayoría de los grupos primero ponen la pose y después la música, lo que no deja de ser un enorme engaño. Ahora, si no tienes pose –la que sea- no tienes nada, así tengas una banda del patín. Habrá que recordar que, en sus inicios, los Stones no dejaban de ser cinco paletos de pueblo con pelo taza y acné que fueron evolucionando hacia lo que posteriormente han sido a fuerza de enormes canciones y que gracias a ellas se hicieron famosos, no por los pleitos de Richards con las drogas o de Jagger con las mujeres de medio mundo. Eso, simplemente, es un añadido que ha agrandado su leyenda, pero no es la base de su leyenda. Richards, al margen de haberse esnifado hasta el alcanfort y de tener la pinta de haber envejecido lo que le tocaba a él y lo que le tocaba a Jagger –que sigue igual que los 20-, es un músico excepcional. Se haya o no esnifado a su padre.