13 junio 2007

Esperaremos
Ya no podremos traerle agua de casa a Juancho, ni sacarle la boina a Santiago, ni tampoco encargarle el pan a Paula. En mi pueblo cada noche quedan menos habitaciones con luz, más sillas vacías y una gran sensación de tristeza por no volver a estar con ellos, reírnos y contarles que más abajo de Rotasaldea el río baja lento y las truchas son cada vez más difíciles de ver. En mi pueblo, en apenas mes y medio, tienen tres vecinos menos y una certeza: que los echaremos mucho de menos –a ellos y a Marcelina y a Loli y a Gregorio y a Mikel y a Luis y a tantos otros- y que, además, forman parte de una especie en grave peligro de extinción. Claro, tal vez tres personas les parezcan pocas, pero, si vemos el tamaño de mi pueblo, tres personas es como si de un plumazo desaparecen unos 20.000 vecinos de Pamplona. Es bastante, ¿verdad? Bueno, me dice mi abuela, que los quería a mucho a los tres, que es ley de vida, pero, abuela, hay leyes que dan por el culo, ya perdonarás. Eso sí, reconocerás que lo que no es ley de vida es que el pueblo y toda la Aezkoa estén a punto de desaparecer de aquí a nada y que ni un solo gobierno desde hace décadas se haya preocupado –de verdad, no en los papeles, ni en proyectos que siempre se quedan vacíos- por impulsar algo medianamente digno para que este valle y Roncal y Salazar dejen de ser la postal bonita que visitan los urbanitas un día al año y el resto del tiempo un páramo de oportunidades, precioso, pero páramo al fin y al cabo. Porque la verdad es que estoy ya pero que muy harto de que todos y todas se llenen la boca con la selva del Irati por aquí, la selva del Irati por allá pero a la hora de arrimar el hombro y pensar algo ingenioso y viable les importe todo una mierda. Estaremos esperando, hasta que se apague la última luz.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Nagorefrauca : Bob Dylan Premio Príncioe de Asturias. enhorabuena

12:01 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo leo la columna de Nagore todos los días. Tengo que reconocer que algunas veces me cabrea, pero otras veces, como hoy, me emociona. Si a mi me emociona, que, para mi desgracia soy un poco PTV, los lectores de ARIVE, estoy seguro, se las verán con las lágrimas. Porque la descripción de la situación es perfecta. Y lo lamentaremos definitivamente, cuando definitivamente no tenga remedio. ¡BRAVO JORGE!.

Por cierto: En una próxima columna, si no te parece mal, danos alguna pista acerca de algún "lugar" en Arive donde mejor degustar unas buenas truchas. Gracias.

11:40 p. m.  

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