Agraciados
Mensaje telefónico de un íntimo amigo, ayer a las 15.43 horas: me es grato informar que la familia xxxx-xxxx ha sido agraciada con xx.xxx euros del cuarto premio de la Lotería Nacional. Ya lo celebraremos. Mensaje de vuelta: me es grato informar que la familia Nagore-xxxx ha sido agraciada con 27 millones de euros del primer premio del sorteo de los Euromillones. Ya lo celebraremos. Había hecho el firme juramento de no contárselo a nadie y pasar los próximos tres años sin que nada delatara que acabo de ganar 4.500 millones de pesetas, comiendo exclusivamente menús o unas ensaladas para compartir y bocatas. No he durao ni un día, por bocachancla. Es que te llaman las amistades para contarte semejantes ganancias irrisorias y claro, te entra la risa. Sin ir más lejos, me pegué todo el sorteo de la Lotería a carcajada limpia. Y no te cuento cuando veía las imágenes de los que festejaban, la gente llorando de la emoción y tal. Minucias, banalidades, ganas de figurar. Hasta tenía pensado seguir escribiendo estos artículos para que no se notara que estoy podrido de pasta, no por necesidad, sino por puro vicio, para echar la mañana. Pero ahora ya no sé, tengo dudas. Es que 4.500 millones de pesetas son bastantes millones –notarán que hablo en pesetas, es que no he interiorizado el euro- y no sé cómo les sentaría a mis compas de maquetación que un multimillonario les envíe los artículos. Igual se lo tomaban mal. Ya me lo pensaré, ya veré. Una por una voy a comprar el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte y voy a abrir unas salas de billares con bien de máquinas de marcianos, que eso sí que es cultura. Juvenil, pero cultura, que cada vez hay menos salas de ésas. Luego ya discurriré algo. Pues nada, que enhorabuena a los agraciados y hasta el miércoles, a lo mejor.
Mensaje telefónico de un íntimo amigo, ayer a las 15.43 horas: me es grato informar que la familia xxxx-xxxx ha sido agraciada con xx.xxx euros del cuarto premio de la Lotería Nacional. Ya lo celebraremos. Mensaje de vuelta: me es grato informar que la familia Nagore-xxxx ha sido agraciada con 27 millones de euros del primer premio del sorteo de los Euromillones. Ya lo celebraremos. Había hecho el firme juramento de no contárselo a nadie y pasar los próximos tres años sin que nada delatara que acabo de ganar 4.500 millones de pesetas, comiendo exclusivamente menús o unas ensaladas para compartir y bocatas. No he durao ni un día, por bocachancla. Es que te llaman las amistades para contarte semejantes ganancias irrisorias y claro, te entra la risa. Sin ir más lejos, me pegué todo el sorteo de la Lotería a carcajada limpia. Y no te cuento cuando veía las imágenes de los que festejaban, la gente llorando de la emoción y tal. Minucias, banalidades, ganas de figurar. Hasta tenía pensado seguir escribiendo estos artículos para que no se notara que estoy podrido de pasta, no por necesidad, sino por puro vicio, para echar la mañana. Pero ahora ya no sé, tengo dudas. Es que 4.500 millones de pesetas son bastantes millones –notarán que hablo en pesetas, es que no he interiorizado el euro- y no sé cómo les sentaría a mis compas de maquetación que un multimillonario les envíe los artículos. Igual se lo tomaban mal. Ya me lo pensaré, ya veré. Una por una voy a comprar el Centro de Arte Contemporáneo de Huarte y voy a abrir unas salas de billares con bien de máquinas de marcianos, que eso sí que es cultura. Juvenil, pero cultura, que cada vez hay menos salas de ésas. Luego ya discurriré algo. Pues nada, que enhorabuena a los agraciados y hasta el miércoles, a lo mejor.
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