04 enero 2008

Inexorable

Ya les he dicho que paso ciclos. El de enero es de los peores. En enero me pasan el gas, la luz, el agua, el teléfono y, por supuesto, la hipoteca. La inflación está en el 4,3%, la mayor en 12 años, pero la mía tiene que estar mucho más alta, porque todo eso de zapatos, ropa y cosas así no practico yo. Básicamente, como, y, como como, y comer es lo que más ha subido, voy a tener que hacer la calle para llegar al 31 con un euro en el bolsillo. Bueno, ahora que lo pienso todos hacemos de una u otra manera la calle, sólo que más calientes, porque mira que está el tiempo como para enseñar garra a las 12 de la noche, pobres. Además, tengo dos sobrinos que aún creen en los Reyes Magos y no conciben que los Reyes Magos no pasen por mi casa, así que tendrán que pasar, caguensos. El mediano va camino de irse a la legión creyendo aún en Baltasar. Hay que joderse lo que tardan los niños de hoy en día en espabilar y distinguir un negro pata negra de un abetunao. Así que tendré que hacer un esfuerzo extra. De un tiempo a estas partes, tengo la sensación de estar haciendo esfuerzos extra constantemente, no sé por qué. Sin ir más lejos, ahora mismo estoy haciendo el esfuerzo del milenio para no comentar nada de las palabras de Chivite en las que asegura que UPN sigue en el gobierno gracias a ETA y a Ibarretxe. Me están sangrando los labios, mi rival me ha atado las manos a la espalda y le estoy dictando el artículo, para no reincidir. Por no hablar de lo que me cuesta no hablar del 4-0 en Mallorca. Subí a casa hecho un obelisco. Todo sea por la moral de los muchachos. Así que con la que está cayendo me he bajado a Irigaray a comprarme una perola de acero, por supuesto inexorable, que es un acero especial en el que te cocinas tu propia realidad. Es caro, pero merece la pena.