08 febrero 2008

Luna de miel

Tengo un amigo de luna de miel. Se casó en agosto. Un año entero se van a pegar. Cómo vive el tío, cómo se lo monta. Y no digamos su mujer. Su mujer va todas las mañanas a un hospital y atiende a unos 20 pacientes en planta. Luego pasa consulta. Les copio un extracto del blog (
www.desdekoumra.blogspot.com) que publican de sus vacaciones: para que os hagáis una idea, la mayoría de los días todos son pacientes VIH+ en fases avanzadas, con infecciones, deshidratación, desnutrición o tuberculosis. Manejamos antibióticos, analgésicos, en fin, lo que tenemos. Como pruebas de laboratorio, una docena de parámetros en sangre y analíticas básicas de orina y heces. También contamos con una ecografía. Después del pase de planta vamos a consulta. Allí, por decir una proporción, de 30 pacientes que veo, 27 son VIH+. Algunos de ellos gastan sus últimos ahorrillos en alquilar una bici para ir a la consulta y, una vez allí, se tiran como pueden y esperan ¡hasta 12 horas! para ser vistos. Bueno, Rodri y Bea están en Chad, ayudando en lo que pueden. Ella es médico y él, chico para todo, peón, electricista, maestro –es maestro-. Como el día que los vi en Navidades no estaba la cosa más que para darles un beso, no me atreví a decirles a los dos que son del tipo de gente que hace que el mundo sea todavía un sitio agradable. Decirles, por ejemplo, que es una suerte cruzarte en la vida con personas que sí que estarán recibiendo mucho pero que también lo están dando y que me siento orgulloso y a la vez más poca cosa de lo habitual. Hemos estado unos días algo nerviosos con las noticias de allá, pero ya han dado señales de vida y están bien. Al parecer, los europeos seguirán vivos y los chadianos se seguirán muriendo de VIH+ o bala mientras aquí hablamos de contratos de inmigración.