06 abril 2008

Ponzoña

Un busto parlante y un niño patada han ocupado durante toda la semana que hoy acaba la sobremesa de Tele 5, en concreto el tramo horario dejado por Aquí Hay Tomate. A tenor de los resultados de audiencia, que han ido cayendo aritméticamente de lunes a viernes hasta marcar un mísero 13,3%, es posible que dure, a lo sumo, una semana o dos más, especialmente porque la fórmula Alcayde más niño mono y sin gracia que se trastabilla no tiene pinta de dar mucho más de sí. Además, hay que tener en cuenta que la audiencia potencial de ese programa, aquella que a las 15.30 siempre sintonizaba Tele 5, ha recibido, durante años, basura concentrada de gran potencial tóxico y adictivo y, por lógica, ahora no se va a conformar con una versión light y juvenil del programa de sus amores. Es como esperar que los seguidores de Linda Lovelace o Kay Parker se conformen con ver las películas de Silvia Kristel. Sí, echarán un vistazo al principio, pero el que está acostumbrado a sensaciones más fuertes y menos escrupulosas no se deja endilgar cualquier clase de veneno, quiere su dosis y con idénticos ingredientes. Así las cosas, o se opta por la vía de emponzoñar bastante más los vídeos y los comentarios o a la Alcayde le chaparán el segundo programa en menos de medio año. Es entonces cuando observo que tal vez no haya que cargar tanto contra esta clase de programas, toda vez que lo adora más o menos el 22% de las personas que ven la televisión a esa hora, que es mucha gente. Gente que si no recibe lo que quiere quizá apague la televisión o se vaya a pasear, a la espera de que los programadores se percaten de que cuando has creado un monstruo o lo sigues alimentando o no te hace caso. Esto es, que se confirma que, en muchos casos, tenemos la televisión que nos merecemos.