Sanzdeces
Habló Sanz y salió el sol. Al igual que alguien dijo sobre lo qué supone asistir a un concierto de Dylan, una comparecencia de Sanz es como un eclipse pero al revés, antes y después reina la oscuridad, pero es abrir él la boca y surgir la luz, que se filtra con tal fuerza de entre las nubes que le pega en la cabeza y se le reblandece el cerebro hasta alcanzar la textura del requesón que hacía el bueno de Bernardo Legaz en Orbaiceta. “400 euros dan para pagar una cena y poco más”. Esto fue lo que ayer dijo nuestro presidente, en pleno desparrame neuronal, en plena orgía de vocales y consonantes. Les espero mientras van al baño. ¿Han vuelto? Perfecto. Son esa clase de frases que, aunque vayan entroncadas dentro de un discurso más o menos acertado sobre la conveniencia o no de dar los 400 euros o la responsabilidad de gobierno central y gobierno local, demuestran con claridad cuan lejos está esta gente, en concreto él, del ciudadano normal, no ya del de a pie, porque él también anda, sino del normal, del que con 400 euros respira y no precisamente cena en el Hartza, en el Rodero, en el Maher, en el Alhambra o duerme en Madrid en el Santo Mauro. Son unas declaraciones de auténtica vergüenza ajena, que no propia, un insulto claro y contundente a las personas que trabajan como mulas durante un mes para, en muchos casos, no llegar a los 800 o 900 euros de sueldo. Estos son algunos de los problemas derivados de llevar 15 años en el poder, que por mucho que sepas que los apuros existen si tú mismo no los pasas eres incapaz no ya sólo de comprender sino que incluso te permites la frivolidad de soltar gilipolleces como la citada. ¡Ah! Y otra reflexión: esa burrada nunca jamás la diría una mujer. Espero que la suya le corra a gorrazos. Feliz día del libro.
Habló Sanz y salió el sol. Al igual que alguien dijo sobre lo qué supone asistir a un concierto de Dylan, una comparecencia de Sanz es como un eclipse pero al revés, antes y después reina la oscuridad, pero es abrir él la boca y surgir la luz, que se filtra con tal fuerza de entre las nubes que le pega en la cabeza y se le reblandece el cerebro hasta alcanzar la textura del requesón que hacía el bueno de Bernardo Legaz en Orbaiceta. “400 euros dan para pagar una cena y poco más”. Esto fue lo que ayer dijo nuestro presidente, en pleno desparrame neuronal, en plena orgía de vocales y consonantes. Les espero mientras van al baño. ¿Han vuelto? Perfecto. Son esa clase de frases que, aunque vayan entroncadas dentro de un discurso más o menos acertado sobre la conveniencia o no de dar los 400 euros o la responsabilidad de gobierno central y gobierno local, demuestran con claridad cuan lejos está esta gente, en concreto él, del ciudadano normal, no ya del de a pie, porque él también anda, sino del normal, del que con 400 euros respira y no precisamente cena en el Hartza, en el Rodero, en el Maher, en el Alhambra o duerme en Madrid en el Santo Mauro. Son unas declaraciones de auténtica vergüenza ajena, que no propia, un insulto claro y contundente a las personas que trabajan como mulas durante un mes para, en muchos casos, no llegar a los 800 o 900 euros de sueldo. Estos son algunos de los problemas derivados de llevar 15 años en el poder, que por mucho que sepas que los apuros existen si tú mismo no los pasas eres incapaz no ya sólo de comprender sino que incluso te permites la frivolidad de soltar gilipolleces como la citada. ¡Ah! Y otra reflexión: esa burrada nunca jamás la diría una mujer. Espero que la suya le corra a gorrazos. Feliz día del libro.
8 Comments:
Y felicidades Jorge por tu onomástica.
Gracias majo-a.
Pues sí Jorge, a 400 pepinos la cena. Habrá que explicarle a este pollo que los trabajadores de Tecnoconfort, por poner el último ejemplo, van a tener que cenar un puto yogur de aquí en adelante porque la empresa para la que trabajan (con beneficios astronómicos) les ha dicho que o se bajan el sueldo, para que los beneficios pasen a ser cósmicos, o a la puta calle. Esta es la vida real, del ciudadano real y de las cenas reales.
Que se empache, sr. Sanz.
Mas claro agua.Yo hace tiempo que no me como ni los bokatas que antes cenaba en el Katatxu.
Que pena...
Tengo que devolver cerca de 400 euros a hacienda. ¿Lo puedo cambiar por una cena? Invito al señor Presidente a un bocadillo de calamares en La Mejillonera, ¿me valdrá el cambio?
También hay que reconocerle algo de razón al hombre, si los dos pintxos estaban a 4'20 (¡700 pts, con un tinto normal 1000!), una cena en condiciones rondará los... ¡Buff! ¡Mejor ni lo pienso!
Como les pasa a muchos que trabajaban en Gestetner, que hasta les pagan por debajo de lo que marca la ley.
Alguna mujer si que ha dicho burradas parecidas. Recuerdo cuando Espe tenía "problemas" para llegar a fin de mes...
Hola Tocayo!!!
Aunque llegue al humo de las velas quería agradecerte este artículo especialmente directo y meridianamente claro.
Este Señor debe darse cuenta de que cuando habla no se encuentra en un pregón de Corella, sino que representa a toda una comunidad bastante amplia y debería pensar más las cosas.
Me sentí representado por tu pensamiento y te agradezco que a pesar de su dureza lo publicases.
Saludos!!!
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