Mesa
Reunida en asamblea extraordinaria la mesa del encierro, formada a la sazón por mi padre, mi hermano, mi tío Javier, mi primo Iñaki y servidor porque una vez entré dentro del recorrido, se ha decidido acordar lo siguiente para su traslado al ayuntamiento: 1º que el encierro sea a la misma hora que la corrida de toros, así no habrá tanta gente ni en el encierro ni en la corrida, incluso se podría hacer de noche, para que no haya sol y no vayan los patas al tendido. Desconocemos cómo se puede organizar esto, pero sería muy morboso ver entrar a los seis toros en el ruedo al mismo tiempo que se produce la lidia. 2º vallar todo el contorno de Pamplona y así impedir que se acerquen las cámaras de Cuatro y sus alegres y dicharacheros reporteros. 3º pasar por las armas a todo aquel corredor que ose portar camisetas de equipos de fútbol, de pelotaris o de practicantes de guante-laxoa. Si además la camiseta es del Madriz que nos visita este domingo, pasarlos por las armas dos veces, por si acaso. 4º prohibir la retransmisión televisiva de la carrera a cualquier punto que no sea Navarra, excepción hecha del posible sitio en el que esté yo de vacaciones y, a lo sumo, Salou. 5º pedir la partida de nacimiento a todos los corredores y dejar correr solamente a los que demuestren su condición de navarros con, cuando menos, seis apellidos autóctonos tipo Goñi, Larequi o similares. 6º ejecutar a los periodistas que en los pies de foto de las imágenes del encierro citen con nombres y apellidos a los participantes que no hayan sufrido cogida o percance alguno. Y, como séptimo y último punto, hacer los encierros en enero y entre semana. Calculamos que con estas medidas se podría conseguir una afluencia aproximada de 100 o 150 personas. Bar Etxebe, Pamplona, a 2 de mayo de 2008.
Reunida en asamblea extraordinaria la mesa del encierro, formada a la sazón por mi padre, mi hermano, mi tío Javier, mi primo Iñaki y servidor porque una vez entré dentro del recorrido, se ha decidido acordar lo siguiente para su traslado al ayuntamiento: 1º que el encierro sea a la misma hora que la corrida de toros, así no habrá tanta gente ni en el encierro ni en la corrida, incluso se podría hacer de noche, para que no haya sol y no vayan los patas al tendido. Desconocemos cómo se puede organizar esto, pero sería muy morboso ver entrar a los seis toros en el ruedo al mismo tiempo que se produce la lidia. 2º vallar todo el contorno de Pamplona y así impedir que se acerquen las cámaras de Cuatro y sus alegres y dicharacheros reporteros. 3º pasar por las armas a todo aquel corredor que ose portar camisetas de equipos de fútbol, de pelotaris o de practicantes de guante-laxoa. Si además la camiseta es del Madriz que nos visita este domingo, pasarlos por las armas dos veces, por si acaso. 4º prohibir la retransmisión televisiva de la carrera a cualquier punto que no sea Navarra, excepción hecha del posible sitio en el que esté yo de vacaciones y, a lo sumo, Salou. 5º pedir la partida de nacimiento a todos los corredores y dejar correr solamente a los que demuestren su condición de navarros con, cuando menos, seis apellidos autóctonos tipo Goñi, Larequi o similares. 6º ejecutar a los periodistas que en los pies de foto de las imágenes del encierro citen con nombres y apellidos a los participantes que no hayan sufrido cogida o percance alguno. Y, como séptimo y último punto, hacer los encierros en enero y entre semana. Calculamos que con estas medidas se podría conseguir una afluencia aproximada de 100 o 150 personas. Bar Etxebe, Pamplona, a 2 de mayo de 2008.
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