Puerto

Embebido por la fiebre del éxito en la Copa Davis, Zapatero anunció esta semana que va a crear un Ministerio de Deporte, una novedad que pilló por sorpresa al secretario de Estado, Jaime Lissavetzky, entre otros muchos. Me parece muy bien. En algo hay que gastarse la pasta que nos sobra. Una de sus primeras labores y quizá la más necesaria tendría que ser aclarar de una vez por todas la Operación Puerto, ésa en la que estaba metido hasta el hondón Eufemiano Fuentes y una larga lista de deportistas aún no explicada del todo o explicada a medias. Si recuerdan, en aquella operación se comprobó que el bueno de Fuentes se relacionaba sanguineamente con un montón de deportistas que pagaban sus buenos euros por la labor del doctor canario. Algunos de los supuestos implicados pagaron su presencia en los documentos de Fuentes con el ostracismo parcial o definitivo, pero todo hace indicar que el renombre de alguno de los citados hizo temblar al CSD y por ello algunos nombres nunca vieron la luz. Este año 2008 España ha ganado las tres grandes del ciclismo mundial y el oro olímpico, la Eurocopa de fútbol, la Davis, Roland Garros, Wimbledon y una larga retahíla de victorias en otras muchas modalidades. Sin embargo, fuera de nuestras fronteras se nos sigue mirando –con razón- como uno de los países, si no permisivos con el dopaje, sí que al menos no tan estrictos como lo puedan ser, por ejemplo, en Alemania o Francia. El posible futuro ministro tiene delante del morro un reto de considerables dimensiones si de verdad aspira a que los triunfos de los deportistas españoles sean tan bien valorados en el exterior como lo son en casa, porque lo que no es de recibo es que se montara la que se montó hace dos años y a día de hoy todavía no se haya conocido toda la verdad.