Talento
Yo podré ser muy bruto a veces, pero al menos una virtud creo que tengo: distingo el talento ajeno a distancia. Y no sólo lo distingo, sino que, además, lo reconozco. Y si tengo que decirlo aquí, lo digo, quia, no se me caen las calcamonías de los antebrazos. Patxi Mangado tiene talento. ¿Y por qué? Porque sólo alguien con talento es capaz de decir que huye “de la arquitectura fastuosa, esa que construye edificios que son enormes esculturas” sin atragantarse y sin necesidad de tomarse después la pastilla verde. Y porque sólo alguien tocado por una mano divina o algo por el estilo está llamado a sacarle la pasta a un gobierno que ha rebajado más de un 20% el presupuesto en el Departamento de Cultura, un departamento que, a pesar de este brutal recorte, abonará, convenio mediante, 60.000 euros para el juguete que se ha inventado Mangado, la Fundación Arquitectura y Sociedad, que se va a dedicar a organizar congresos y cosas de estas con canapés y qué tal por aquí y me encantó tu loft y esto de aquí antes era adoquín y chapada en el hombro y jí-jí y já-já. Mangado lo ha conseguido. Y esto es digno de admiración, porque no crean ustedes que todos valemos para arrastrarnos por las alfombras de Diputación en busca de algo de dinero, no, para eso hace falta valor, ser inmune a los ácaros y dejarse las dudas y los cargos de conciencia en el bidé. Si uno cree que semejante Fundación es más necesaria que otros aspectos menos vitales de la vida pública, hace uno de tripas menudicos y pallá que se va a palacio a pasar la boina, que ya caerá algún Corpas al que le parezca bien e incluso te meta unos euros en la cartera para que puedas abrirte un local, como el de 600 metros cuadrados que va a abrir dicha Fundación en Pamplona. Vamos, una bajerilla. Talento, mucho talento.
Yo podré ser muy bruto a veces, pero al menos una virtud creo que tengo: distingo el talento ajeno a distancia. Y no sólo lo distingo, sino que, además, lo reconozco. Y si tengo que decirlo aquí, lo digo, quia, no se me caen las calcamonías de los antebrazos. Patxi Mangado tiene talento. ¿Y por qué? Porque sólo alguien con talento es capaz de decir que huye “de la arquitectura fastuosa, esa que construye edificios que son enormes esculturas” sin atragantarse y sin necesidad de tomarse después la pastilla verde. Y porque sólo alguien tocado por una mano divina o algo por el estilo está llamado a sacarle la pasta a un gobierno que ha rebajado más de un 20% el presupuesto en el Departamento de Cultura, un departamento que, a pesar de este brutal recorte, abonará, convenio mediante, 60.000 euros para el juguete que se ha inventado Mangado, la Fundación Arquitectura y Sociedad, que se va a dedicar a organizar congresos y cosas de estas con canapés y qué tal por aquí y me encantó tu loft y esto de aquí antes era adoquín y chapada en el hombro y jí-jí y já-já. Mangado lo ha conseguido. Y esto es digno de admiración, porque no crean ustedes que todos valemos para arrastrarnos por las alfombras de Diputación en busca de algo de dinero, no, para eso hace falta valor, ser inmune a los ácaros y dejarse las dudas y los cargos de conciencia en el bidé. Si uno cree que semejante Fundación es más necesaria que otros aspectos menos vitales de la vida pública, hace uno de tripas menudicos y pallá que se va a palacio a pasar la boina, que ya caerá algún Corpas al que le parezca bien e incluso te meta unos euros en la cartera para que puedas abrirte un local, como el de 600 metros cuadrados que va a abrir dicha Fundación en Pamplona. Vamos, una bajerilla. Talento, mucho talento.
1 Comments:
Al Sr. Mangado y a la Sra. Barcina, (amén de otros colaboradores en los destrozos irreparables de esta ciudad) ; les ponía yo a CAMINAR DESCALZOS por ese SUELO que has puesto en la foto del Baluarte, durante todo el tiempo que que vivan, de ahora en adelante.
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