Un mago

Es lo bueno de tener un hermano que dirige un ente que se llama Institución Futuro, que te lo analiza todo en lo que dura el himno de Eurovisión. Y no es que José Javier sea cojo a la hora de amarrar un puesto, que ya lleva el buen mozo 12 años de eurodiputado, pero seguro que su hermano mayor le dio buenos consejos en cuanto a quedarse en UPN o irse al PP, seguro que le corroboró sus intenciones previas: “aunque no te lo haya dicho, porque un gallego es siempre un gallego, ya sabes también que Mariano no olvida jamás un gesto. Y da por hecho que te compensará”. Yo a Pomés le entiendo, anda que no tiene que estar bien ser eurodiputado, allá en Bruselas, venga de cervezas y mejillones y con menos presión mediática que un párvulo. Cobras bastante más sueldo que los de aquí –más dietas para todo lo que se menee- y no te pregunta por tu trabajo ni el apuntador, a lo sumo –y es mucho suponer- tu propio partido o tu rival. De cojón de pato, al ojo me lo viera. Es por ello que a pesar de que en la última elección anunció que ya no se presentaría más, la semana pasada comentó que no le importaría seguir. Un sorpresón, vamos, totalmente inesperado que quiera seguir hasta el 2014 –contará entonces con 62 años, los 18 últimos sesteando por Bruselas-. Como completamente insólitas sus declaraciones acerca de los motivos para irse al PP: va mejor con mi filosofía. No te jode. Y con la mía. Así mismo, recalcó que “cambiarme de partido no es para asegurarme nada”. Yo te creo, José Javier. Te creo a ti y al mago Anthony Blake, en nadie más confío. Y si tú lo dices, pongo mi mano en el fuego, faltaría más, como la puso Alli cuando se escindió CDN y tú optaste por dejarle en la estacada y quedarte en UPN, ese UPN que se avino a meterte de eurodiputado, donde sigues. Visión de futuro.