Chusma

Iñaki Ezkieta, uno de los que pasó horas y horas de fría cola –Cold cold ground, de Tom Waits, brutal tema para pasar un Día de Navarra o de la marmota- para no poder pillar una entrada para AC/DC y que sin embargo aún no han quemado nada, pedía a algunos a ver si le facilitábamos la identidad del señor que él llamaba Almax. Sus deseos son órdenes, señor Ezkieta: se trata de Gay Mercader. De ahí el nombre de la empresa que trae a AC/DC y a muchos más artistas consagrados: Gamerco, vía Gay and Company, que es la empresa matriz del tal Gay. El susodicho, como muchos otros, es de los que no da la cara cuando viene tormenta y, como bien decías, al no haber una ley o similar que regule las ventas de entradas, simplemente se quita de en medio, porque en conciertos de esta clase sabe que va a vender todo el papel –es una figura literaria-, así dé las 16.000 entradas a una pescadería de Ulldecona atendida por la amante de Torrente. Además, sablea a una diputación, a un ayuntamiento y a un banco semipúblico y se lava las manos como Pilatos y que sean los puntos de venta los que se coman el marrón o –vete a saber- sus chanchullos, de una de las partes implicadas, dos o de todas. Gay es un histórico de esto –trajo a los Stones en el 76- y recuerdo que en una de las pocas entrevistas que da, una que leí hace muchos años en una de ésas revistas para descarriados, contaba que, durante bastantes años, Dylan era muy cariñoso con él, hasta que se dio cuenta de que siempre que lo era le acompañaba la novia de entonces de Gay, Inka Martí. Y es que Dylan será hosco, pero gilipollas no. Ni Gay tampoco. Ni la Martí, que ahora anda con el pequeño de la Duquesa de Alba. Tu y yo, en cambio, sí, je-je, somos chusma para estas gentes, los que les compramos las entradas. Y así será. Salud.