África
Hasta la llegada de U2, lo más destacado de la música en Irlanda eran los tradicionales The Chieftains y el en todos los sentidos extraterrestre Van Morrison. Ninguno de los dos vertía mensajes políticos o sociales, ni nada así especialmente irlandés, de denuncia y tal. Este hueco fue clara e inteligentemente advertido por Bono y sus chicos y tras dos primeros discos que pasaron sin pena ni gloria, lanzaron War y el single Sunday Bloody Sunday y de un plumazo se convirtieron en la conciencia de Irlanda a ritmo de guitarra, bajo, batería e histrionismo. Fue en Irlanda donde se les encumbró y de ahí pasaron al resto de Europa y del mundo. Luego vino el fantástico y ni de lejos alcanzado The Joshua Tree y aquí sigue el elemento 22 años después, hoy mismo debutando como columnista en el New York Times y convertido en adalid de todas las buenas causas, incluida la del incremento de la ayuda a África, la protección de la foca monje y todo eso. De hecho, una de las múltiples reclamaciones del citado a su propio país es el aumento del importe del dinero que anualmente se destina a la cooperación, algo que a todas luces está muy bien. Estaría muy bien si el propio Bono y U2 no hubieran evadido al fisco de Holanda el rendimiento económico de todo el catálogo de canciones de la banda para así pagar menos impuestos. Esto es, Bono es muy solidario con el dinero ajeno. Es obvio que su mensaje sigue siendo válido pero también que buena parte de la veracidad del mismo se pierde por el desagüe. África lo único que necesita es que se la trate con el respeto y la decencia que se exige en el resto del planeta y que no sigamos viéndola como una enfermedad incurable que atienden cuatro maravillosas monjitas, varias admirables oenegés y un irlandés ególatra. www.pideseloaalgore.com
Hasta la llegada de U2, lo más destacado de la música en Irlanda eran los tradicionales The Chieftains y el en todos los sentidos extraterrestre Van Morrison. Ninguno de los dos vertía mensajes políticos o sociales, ni nada así especialmente irlandés, de denuncia y tal. Este hueco fue clara e inteligentemente advertido por Bono y sus chicos y tras dos primeros discos que pasaron sin pena ni gloria, lanzaron War y el single Sunday Bloody Sunday y de un plumazo se convirtieron en la conciencia de Irlanda a ritmo de guitarra, bajo, batería e histrionismo. Fue en Irlanda donde se les encumbró y de ahí pasaron al resto de Europa y del mundo. Luego vino el fantástico y ni de lejos alcanzado The Joshua Tree y aquí sigue el elemento 22 años después, hoy mismo debutando como columnista en el New York Times y convertido en adalid de todas las buenas causas, incluida la del incremento de la ayuda a África, la protección de la foca monje y todo eso. De hecho, una de las múltiples reclamaciones del citado a su propio país es el aumento del importe del dinero que anualmente se destina a la cooperación, algo que a todas luces está muy bien. Estaría muy bien si el propio Bono y U2 no hubieran evadido al fisco de Holanda el rendimiento económico de todo el catálogo de canciones de la banda para así pagar menos impuestos. Esto es, Bono es muy solidario con el dinero ajeno. Es obvio que su mensaje sigue siendo válido pero también que buena parte de la veracidad del mismo se pierde por el desagüe. África lo único que necesita es que se la trate con el respeto y la decencia que se exige en el resto del planeta y que no sigamos viéndola como una enfermedad incurable que atienden cuatro maravillosas monjitas, varias admirables oenegés y un irlandés ególatra. www.pideseloaalgore.com
2 Comments:
¡Joder, Jorge, muy bien! Por una vez alguien se acuerda de África. Dices poco pero lo clavas.
Tatu
Al fin alguien que piensa lo mismo que yo de ese impresentable. Da vergüenza ajena.
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