07 enero 2009

Zelig

En su condición de presidente de la Fundación Baluarte o de consejero de Cultura o de simple aparecido, Corpas, con una capa transilvánica a más no poder, asoma sonriente el gepeto en la imagen, imagen tomada y enviada a los medios por el Gobierno de Navarra (resultados hasta la fecha en 2009: Corpas 1 – Barcina 0. Yolanda, si ya decía Zabalza que cuando nos relajamos somos muy malos. ¿Sabes quién es Zabalza?)-. En la imagen, Woody Allen, en pleno proceso de preparación de su concierto –está claro que Corpas no ha visto Wild Man Blues, película que recoge la labor musical de Allen y donde es obvio que Allen detesta las intromisiones en los minutos previos a los conciertos y que las atiende por la simple educación que no demuestran tener los que se entrometen, especialmente los que para asomar la nariz hacen uso de su cargo. O Corpas sí la ha visto pero le puede su ego- mira a cámara con el clarinete con el que estaba ensayando en las manos y con ese gesto suyo mítico de no entender nada. Y es que, al parecer, debe de ser labor del consejero la de, haciendo de su capa un sayo, entregar unas viandas, recuerdos locales y diplomas –terrible esto último- al visitante de turno y ofrecerse a hacer de cicerone, tarea imposible de llevar a cabo, a lo que se ve, por cualquier otro responsable o técnico del turismo o cultura locales. Y ese denodado esfuerzo personal, obviamente, ha de pasar a la posteridad y, evidentemente y al instante, a las redacciones locales, para de ello dar fe ante la presente generación y las venideras. Y si para ello hay que ponerse la capa de Super Ratón, la de Count Von Count o la de Cofrade de la Seta, se la pone uno. Ya veo a Soon-Yi preguntando: “¿Woody, quién era ese?”. Ni idea, pero un tío raro, en los bolsillos llevaba restos arqueológicos.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Magnífico comentario. Queda perfectamente reflejada la situación, así como descritos los personajes. No se puede explicar mejor.

1:54 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Antes algunos desalmados se referían al concejal Eladio Ezpeleta como "Mr. Lunch", pues participaba y muy activamente de cuantos ágapes y recepciones celebraba el Ayuntamiento (siempre que hubiera croquetas y un vinito español). Pero con Corpas tiene un duro competidor. Parece tener reservada silla en conciertos, espectáculos, representaciones teatrales... Siempre con esa cara de póker. Pero el otro día, tras el descanso de Osasuna, volvió al palco con el rostro cambiado. Supongo que sería turrón lo que llevaba en la boca, pues en cuanto lo tragó recuperó su aspecto "normal".

11:55 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Lo has clavado, Nagore.

4:04 p. m.  

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