Bazofia

Espero que el responsable de la campaña que ha preparado el Ayuntamiento de Pamplona para concienciar a los jóvenes sobre los peligros del alcohol se haya puesto en la puerta de casa las dichosas pegatinas que representan una potada, ya que son francamente agradables. En su portal, en su rellano, donde quiera. Estaría bien colocar una en las escaleras del ayuntamiento, que es tan Pamplona como el resto de sitios. Si tiene hijos, confío en que las pegatinas las haya colocado a lo largo del pasillo, en la cocina y en la ducha de su casa y en el frontal del frigorífico. Si hay que concienciarse, nos concienciamos. Confío también que el ideólogo publicitario –creativo, creo que se le llama- haya hecho lo mismo y tengan una a la entrada de la agencia, no vaya a ser que sólo nos las hayan endilgado a los habitantes de lo Viejo, que debemos de tener el estómago de acero galvanizado y se nos puede echar encima toda la mierda, la real y la serigrafiada. Había una de esas pegatinas tan finas al inicio de San Gregorio entrando por calle Ciudadela y otra en las escaleras de San Nicolás con plaza del Castillo. No sólo tenemos que aguantar las potadas de verdad, sino que además tenemos que soportar las otras, que eran asquerosas a más no poder. Sí, ya sé que si vives en lo Viejo sabes lo que hay, pero que encima el ayuntamiento y cuatro guays te endosen a la puerta de casa semejante bazofia clama al cielo. Primero, por mal gusto. Segundo, porque es absolutamente inútil, porque los jóvenes donde se tienen que concienciar es en su casa y en el colegio y, cuando sean mayores, en su interior, no con campañitas de estas que quedan chupis pero que sólo sirven para que la agencia de turno infle su cuenta de resultados y su ego y para que el ayuntamiento malgaste nuestro dinero.