20 noviembre 2009

Sentido común

Nos guste o no, nos revuelva más o menos, los abogados hacen su trabajo y su trabajo es defender lo que a otros no parece indefendible. Por eso hay personas que no podrían ser abogados, de la misma manera que hay personas que no podrían ser médicos, juezas, forenses o camareros. Para todo hay que valer. Lo surrealista del caso de Nagore Laffage, diga lo que diga ahora el juez, no es, a mi entender, tanto lo que hasta ahora ha pasado –siendo gravísimo, con un jurado al que no juzgo pero que ha dado por supuesta y comprobada en varias de sus respuestas la versión de un acusado que dice no acordarse de mucho pero que curiosamente se acuerda de todo lo que le favorece o al menos no le perjudica y, eso sí, de haber estrangulado a Nagore-, sino, en general, la profunda desazón que nos deja la ley, incomparable con el dolor de una familia, pero que nos deja lo suficientemente asqueados como para no querer creer ya jamás o durante mucho tiempo en eso que se llama igualdad ante la ley. Una ley que permite rebajar la pena si hay dinero de por medio no es una ley, es un mercao persa, que establece distingos entre los que tienen o pueden tener acceso al dinero y los que no lo tienen o no pueden acceder a él. Una ley que da crédito a algo tan vago y subjetivo como es el arrepentimiento no es una ley, es trasladar a la vía judicial lo que podría ser defendible exclusivamente en los ámbitos privados que establecemos unas personas con otras. Diga lo que diga el juez, este caso nos aleja aún más si cabe de poder creer que estamos en una sociedad en la que, siendo triste y hasta duro de aplicar, el que la hace la paga y la paga con su ausencia durante el tiempo estipulado razonable y con su inhabilitación para relacionarse con los demás tal y como merece a juicio del sentido común.

13 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No hay sentido común, ni tampoco justicia. Si ésto es lo legal, que cambien urgentemente las leyes. Este juicio está resultando hediondo. Por si creíamos poco en la justicia, ahora casi nada.

3:10 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Mejor no lo podías haber explicado. Vuelves a dar en el clavo Nagore.

7:44 a. m.  
Anonymous El Txandrios said...

El sentido común, el menos común de los sentidos.
Siempre apacere una discusión sobre la justicia o equidad. Para mi equidad es el castigo que crees que se debe imponer a una falta (el equilibrio entre pene-falta) y que casi siempre lo establece la sociedad en el momento dado en que se viva. Pero justicia es el rasero que a todos nos trata por igual. Que dos personas diferentes cometan la misma falta, implica igual sanción para ambas, eso es para mi justicia. Ésta no existe en nuestra sociedad. No tiene la misma pena quemar un contenedor en la Txan que en Cadiz. Ni asaltar una comisaría en Pozuelo que en Harnani. Ni matar a una mujer con la que vives que a un jefe de trabajo. Ni matar a un immigrante o alborotador si eres policia. Ni matar a la misma persona pero tienes dinero y eres influyente. Y quien crea lo contrario que se informe, que medios hay muchos.
Otro debate es si 10, 20 , 30 años de carcel es mucho o poco. Yo haría pasar a todo el mundo 20 o 30 días de carcel, y luego que valoraran lo que supone en años, ¡como cambiaría el asunto!. No obstante esto ha sido una meada en la cara de la sociedad. Lo dicho, la justicia está sodomizada por los de siempre y nosotros si hacer nada.
Salud

10:12 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Una vez me toco sufrir en carnes la injusticia de la justicia,denuncie a una persona poderosa e influente y salí muy escaldado.Durante mi periplo por los juzgados hablé con varias personas que trabajaban en los juzgados,forenses,administrativos,letrados y hasta con algún segurata, y todos me dijeron lo mismo:no creemos en la justicia ni de lejos.Ante esto sólo queda la revolución,lo malo es que no la vamos hacer.Agur

11:04 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Yo no sé cómo se le puede mandar tu columna SIN FALTA a la familia de Nagore.
Si sé que les va a aliviar. Y mira que hace falta aliviarles aunque sea un poquito!
Un abrazo Jorge por tu buen criterio

11:23 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

(I)

No tengo capacidad de síntesis, pero eso ya es conocido, ahí va mi desahogo, en forma de río, sobre el tema:

Lo que no me ha quedado claro es por qué se dice que es poderoso el loquero asesino, la verdad. Entre lo que ya sabía y de lo que me voy enterando, que Pamplona habla por los codos en cuanto te das la vuelta, no veo poder por ningún lado. Pasta sí, pero eso es otra cosa. Si alguien tiene otra información distinta estaría encantado de cambiar de opinión. No creo que ningún poder fáctico se haya mojado ni una gota en este caso para salvarle el culo a ese tío cacas, y no lo creo no sólo porque piense que no es poderoso ni él ni su familia, sino porque había demasiados ojos mirando, y para qué correr ese riesgo, si de él ningún beneficio podían sacar, siendo además tan clara su culpabilidad. Igual que tampoco me cuadra el énfasis que se hace con que si es opusiano o no, porque conociendo un poco cómo funciona el Opus, e igual que yo cualquiera que haya pasado por su santa y cínica universidad, sabe que para el Opus lo mejor que podría haber pasado es que le hubieran condenado a la máxima pena posible, porque así el revuelo pasa antes, cae sobre el tema el polvo del olvido y aquí paz y después gloria, cada mochuelo a su olivo, y a seguir con nuestras cosas, como siempre. Si por ellos hubiera sido, lo hubieran sacrificado en la plaza del Castillo, como un peón en una partida de ajedrez. ¿Alguien se cree que por un tío así, algo o alguien va a poner en peligro su modo de vida y su status? Yo no.

En cuanto al proceso, más luz que en este juicio no he visto en ningún otro, y no se me ocurre más humillación para los supuestos poderosos, que quedar marcados para los restos por la sociedad de la información, o de los medios, o de las fotografías, o de los videos, y por internet, que ahí se va a guardar todo para consultarlo en cualquier momento. Extraño poder, la verdad. El “populacho” hemos querido ver y nos hemos hartado de ver. Yo no conocía el careto del padre, por ejemplo, y ahora ya sé que si me lo cruzo por la calle, podré reconocerlo para darle un codazo a quien vaya conmigo y decirle: mira, el padre del asesino de Nagore.
Visto en perspectiva, el tema de que no saliera ninguna foto del asesino, pilar fundamental de la teoría conspirativa, se ha demostrado cuanto menos, completamente inútil, y si me apuras, completamente contraproducente. Que supuestamente una mano negra nos privara de su retrato ha hecho que muchos aún sintiéramos más ganas de verlo, y cuando lo hemos visto, con la expectación creada, más se nos ha grabado su careto en nuestro cráneo.

¿Que el veredicto del jurado no gusta? Eso es otra cosa, porque a mí tampoco me gusta y que si por mi fuera lo guillotinaba mañana mismo, y sin esperar al amanecer, eso si me dejo llevar por los sentimientos; si lo razono, la cadena perpetua revisable a los 30 años es lo que me pide el cuerpo. La justicia es una mierda porque es una mierda, por definición, porque no creo que nadie piense ni que se hayan hecho leyes ad hoc para este asesino, ni que se hayan basado en leyes inexistentes para la calificación de su crimen como homicidio y no como asesinato. Jugamos todos con las mismas mierdas de normas y lamentablemente el más listo gana, o el mejor mercader, que de eso se trata en el teatrillo de puñetas y puñetos. La justicia nunca es justa… pero eso no es nuevo, ¿no?, porque ilusos a estas alturas no quedarán, ¿o sí? La justicia es una lotería, y en este caso, en vez de un único lotero, había nueve, que digo yo, que no estarán untados… ¿O sí… y por quién y para qué y por cuánto? ¿Cinco vendidos, como mínimo, y ninguno se ha negado, ni lo ha contado? Han querido ser tan imparciales, creo, que se han pasado de frenada, y visto el resultado, por mucho.

5:12 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

(II)

Lo que ha pasado aquí, o sigue pasando en mi opinión, es lo de siempre, por un lado un caso concreto, con una injusticia concreta y con unos actores concretos; y por el otro, las dos Pamplonas, las dos Navarras, nuestra esquizofrenia foral, las ganas de revancha de una sobre la otra, aprovechando el culo que sea, da igual, en el que dar la patada al “enemigo”, el puto aprovechar que el Pisuerga pasa por Fachadolid, las ganas que nos tenemos desde el principio. Cualquier excusa es buena para seguir arreglando cuentas, las eternas cuentas, las putas cuentas de siempre de esta mierda de dos ciudades en una de los cojones que tenemos o que, algunos que intentamos ir un poco más por libre (pero sin engañarse, que al final siempre cojeamos todos más de un pie que del otro), padecemos, si no, ¿por qué con el asesino de Estella, igual de cruel como mínimo, e injusto, que ayer fue juzgado por una denuncia de la asesinada al ser agredida, cuando aún la cosa tenía remedio, no se ha montado ni un décimo del follón que con el caso del que hablamos?

A ver por qué es la siguiente enganchada… que la habrá, que la seguirá habiendo, eternamente.

5:14 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Haber Hastiado aqui no hay ni las dos Navarras ni ostias en vinagre,aqui lo que hay es un tipejo con muchos duros y con ello el mejor abiogado posible ,el cual a comido el tarro al jurado con un poquito de ayuda del juez,que el sabra por que,¿quizas machismo?.Esta claro que el juez a colado las preguntas que a querido,sino ciertas preguntas sobre la reputación de Nagore sobran.Don dinero es don dinero.

6:55 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Colada gorda,comenzamos de nuevo:a ver hastiado,etc......

6:58 p. m.  
Blogger jorgenagore said...

Hastiado, lo que has escrito hoy me ha gustau mucho, fíjate, mucho.

8:27 p. m.  
Blogger P said...

Hastiado: poco que objetar a cuanto dices, solo que no estoy de acuerdo en las supuestas ventajas que una sentencia justiciera iba a aportar al Pus. No, estos no hacen piras en la plaza, ya lo sabes, estos te condenann al ostracismo, te aislan y te apartan y te ningunean. Simplemente, dejas de pertenecer a la casta de los elegidos y pasas a la de los intocables. Esto es así desde la altivez y las ínfulas nobiliarias del fundador. ¿Te acuerdas de Rumasa y de todo lo que soltó Ruiz Mateos? Pues esto es igual: No es nuestro.
Por cierto, en "ese" ámbito, ni se habla del tema. No existe. Nunca pasó. No es de los nuestros. No ocurrió aquí. No sabemos.

12:37 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Buen análisis, Hastiado, creo que lo has clavado.
Probablemente, una sentencia justa hubiera favorecido al Opus en el sentido de reafirmar eso que dices,P., de "no es de los nuestros", "¿veis cómo no lo protegemos, como se ha dicho por ahí hasta la saciedad?". De hecho, yo tampoco creo que se ha librado por eso, me queda la curiosidad de cómo se hubiera desarrollado el juicio si este tipo o su familia de verdad hubieran sido del Opus.

1:02 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Hastiado, suscribo plenamente tus dos mensajes. En ese río de palabras no sobra ni una coma, yo lo veo como un caudal de obviedades que nadie ha visto o ha querido ver. Lo malo de la "justicia" no es que en este caso hubiera nueve vendedores de lotería (el jurado), sino que es mucho más difícil que te toque si sólo puedes comprar un décimo y no diez. Y en este hediondo asesinato vemos al final que, como en política, los discursos que apelan a las pasiones, y tal vez algún resorte del subconsciente, pueden determinar la decisión del jurado. Y me jode, pero creo que aciertas también en lo de las dos Navarras, o las dos Pamplonas.
Al final me quedo con la frase de un tipo de una ONG al que oí por televisión su definición de qué era una cárcel: una cosa a la que le das la vuelta y no cae un puto duro.

Tatu

12:19 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home