Qué placer

Cervera me recuerda a mí. No me malinterpretes Cervera, tú eres más viejo. Y, por tanto, más sabio, a la vista está, tú tienes Twitter y yo el otro día me enteré de que no es un modelo de helado. Digo que me recuerda porque yo también me crié rodeado de mujeres y pasé miles de horas en diversas cocinas con mi madre, mi abuela, mi tía, mi hermana, la Eugenia, enredando. Cervera casi lo mismo, porque yo creo que le salieron los primeros pelos del bigotillo cuando ya llevaba un tiempo de concejal. Y ha visto pasar por la cocina de UPN a todas las madames, las señoras de verdad y a todos los parientes o autonombrados parientes. Y ya se sabe cómo son los parientes y el cuñao plasta o el amigo petardo, que no ves la hora de que se ahuequen y te dejen seguir haciendo canelones y no abran sus bocazas justo cuando Radio Nacional da el parte de las dos de la tarde con la etapa del día. Cervera ha visto todo el catálogo o casi todo el catálogo de lo mejor y de lo peor que genera el poder y como chaval espabilao que es hay algunos a los que no soporta, como debe de ser. El otro día le dejó tirao a Javier Taberna en una reunión. Dicen que fue porque Taberna se rebotó porque el PPN criticó la filfa esa de estoloarreglamosentretodos, impulsada por las cámaras de comercio, que viven del sableo y el buenrollismo. Yo creo que no, que ésa fue la excusa, buena excusa, por cierto, pero que, en el fondo, Cervera, como le pasa a cualquiera que se divorcia, tiene más ganas a algunos parientes o satélites que a su anterior pareja, Sanz en este caso. No sé si desde el punto de vista político es o no un acierto o una estrategia para salir en los papeles, pero como niño pequeño que fui disfruto imaginando lo que disfrutó Cervera mandando a tomar por culo a algún que otro plasta aprovechao.