Turismo emocional

¡Arriba el turismo emocional! Joder, viendo las afotos de la visita jabarra al Sáhara uno se pregunta si había comida para todos, porque tenía que haber más visitantes que visitados, espero que al menos llevaran unas cloquetas de Findus o unos tuppers. Oye, entre funcionarios, parlamentarios, concejales y gente de la Mancomunidad aquello parecía la repetición del desplazamiento a la final de la Copa del Rey. Se ve que es decirle a un parlamentario que hay un viaje a alguna parte y que además se va a sentir mejor persona y útil y esas cosas y le falta tiempo para hacerse la maleta y pirarse a donde haga falta, por supuesto a billete pagao y “no sabes las condiciones en las que están esas gentes, tía”. Es lo que tenemos, debería valer con que fueran los profesionales de la cosa y que los políticos se leyeran los informes, pero vete y diles tú a los políticos que gastar aunque sea 100 euros es un despilfarro: se enfadan, te acusan de demagogia y lo mismo te amenazan con que van a hacer de escudo humano o algo peor, que van a montar una corriente interna. Es casi mejor que vayan, la verdad. Está muy de moda últimamente el turismo emocional, en cualquier momento van a empezar las agencias de viajes a ofertarlo sin cortapisa de ninguna clase: ¡véngase a Tinduf, trague la verdadera arena del desierto y cómase el yogur con crujir de dientes. Aún quedan plazas, precio especial parlamentos y ayuntamientos! ¡Venga a Cuba antes de que se muera Fidel. Sienta el sabor de la verdadera revolución. Pensión completa y complot con disidentes incluidos, huelgas de hambre día sí día no! ¡Conozca el Himalaya en foto y pase la mano por las cabezas de nuestros sonrientes niños. Oraciones gratis, sólo grupos, incluye libro de mantras y cintas de los Grateful Dead! Todo llegará.