En algún sitio
Hoy debería estar comiendo con mi rival, Vassily y Meryeini en Villanueva, en el Alaitze, comprobando una vez más que por 20 euros uno puede comer como ya hubiesen querido los obispos de los 40, pero fue M y se murió. Como M se murió y Meryeini tenía y tiene que llorar como hay que llorar cuando se te parte el alma y ya no sabes si la volverás a encontrar hoy no veremos Berrendi y Meryenini no nos podrá contar en presente cómo es M, que seguro que era como la luz y el sol y el hielo y el fuego, porque uno al final se acaba pareciendo aunque no quiera a los que le quieren. Y tendré que hacer lo que hice ayer al ver que Vassily había puesto en su blog el Hey That’s No Way To Say Goodbye -¡hey, no es modo éste de decir adiós!- de Cohen: meterme en la cama y llorar, ayudado por el catarro, que reduce las prisas y siempre consigue que sientas más reales las únicas cosas de la vida. Y maldecir, porque, se mire como se mire y venga escrito lo contrario en el libro que venga y lo diga quien lo diga y haya preparadas al efecto en la resignación popular miles de frases llenas de mentiras, que alguien se vaya a los treinta y pico va contra todo. Todo es todo. Los amigos no se deberían morir nunca o al menos tendrían que tener la puta educación de morirse después tuya, porque tú seguro que los esperarías en algún sitio sin prisa alguna y para cuando llegasen ya estaría todo montado y no tendrían que preocuparse de nada y todo sería como tiene que ser cuando se tienen treinta y pico y aún no se te ha partido el alma porque los amigos no se deberían morir nunca y mucho menos antes que tú. Pero algún día veremos Berrendi y mientras nos ponemos como obispos iremos haciendo tiempo hasta que llegue el día en el que ya no haya que llorar por ninguno más de los que nos mantuvieron en pie.
Hoy debería estar comiendo con mi rival, Vassily y Meryeini en Villanueva, en el Alaitze, comprobando una vez más que por 20 euros uno puede comer como ya hubiesen querido los obispos de los 40, pero fue M y se murió. Como M se murió y Meryeini tenía y tiene que llorar como hay que llorar cuando se te parte el alma y ya no sabes si la volverás a encontrar hoy no veremos Berrendi y Meryenini no nos podrá contar en presente cómo es M, que seguro que era como la luz y el sol y el hielo y el fuego, porque uno al final se acaba pareciendo aunque no quiera a los que le quieren. Y tendré que hacer lo que hice ayer al ver que Vassily había puesto en su blog el Hey That’s No Way To Say Goodbye -¡hey, no es modo éste de decir adiós!- de Cohen: meterme en la cama y llorar, ayudado por el catarro, que reduce las prisas y siempre consigue que sientas más reales las únicas cosas de la vida. Y maldecir, porque, se mire como se mire y venga escrito lo contrario en el libro que venga y lo diga quien lo diga y haya preparadas al efecto en la resignación popular miles de frases llenas de mentiras, que alguien se vaya a los treinta y pico va contra todo. Todo es todo. Los amigos no se deberían morir nunca o al menos tendrían que tener la puta educación de morirse después tuya, porque tú seguro que los esperarías en algún sitio sin prisa alguna y para cuando llegasen ya estaría todo montado y no tendrían que preocuparse de nada y todo sería como tiene que ser cuando se tienen treinta y pico y aún no se te ha partido el alma porque los amigos no se deberían morir nunca y mucho menos antes que tú. Pero algún día veremos Berrendi y mientras nos ponemos como obispos iremos haciendo tiempo hasta que llegue el día en el que ya no haya que llorar por ninguno más de los que nos mantuvieron en pie.
5 Comments:
uff jorge gracias. Estás hecho de una pasta especial.
Te cuento cómo es M.
Marta es luz como dices. Todas mis amigas lo son, como ya sabía y como las estoy viviendo estos días.
Igual os conocéis, vecina de San Antón y luego de Estafeta, te acordarías de ella si te cruzaste al comprar el pan porque su sonrisa es la más bonita que te puedas imaginar (igualita a la de su hermana). Y sus ojos azules mar como los de I.
Ese I. que sin conocerlo tengo su foto en el salón desde el Annapurna.
Y es que esto ha tenido sus similitudes. Su compañero de expedición, el gran alpinista Pollock comenzó a subir con ella el Annapurna el 17 de abril de 2009. Sabíamos que era un monte difícil pero siempre seguros de alcanzar cima. La ascensión fue durísima pero finalmente el 22 de diciembre llegaron al último campamento base que parecía inalcanzable, gracias a un donante aleman
Entonces, cuando la cumbre estaba tan cerca, se puso muy malica, Pollock no quiso dejarla sola en la tienda así que montañeros de todo el mundo (sus padres, su hermana, los hermanos de pollok, primos y nuestras Joaqui y Ainhoa) se movilizaron sin pensarlo para intentar salvarla.
Nosotras, como vosotros entonces, montamos nuestro campamento base casero en Pamplona. La casa de rql y de esther han sido nuestros centros de operaciones: chocolate a raudales, abrazos, lágrimas y recuerdos para mandarles fuerza y energía. Qué semana tan intensa.
Y es que cuando te dicen que no hay nada que hacer, bien sabes tu que la impotencia que se siente desde la distancia.
Ahora a ver si podemos cuidar a su rival que de tanto tiempo en el Annapurna seguro que viene jodido y con alguna congelación. Y a ver si volvemos a subir montes y disfrutar la vida con él.
besos
"Hay otros Annapurnas en la vida de los hombres" (Maurice Herzog,el primero que pisó su cima)
besos.
joder, joder.
Hola Jorge:
Siento haber descubierto el Alaitze dentro de esta triste noticia,pero....gracias.
Gracias por abrirme la curiosad de entrar en Villanueva,que los que somos "moteros de asfalto" pasamos en infinidad de ocasiones por el "cruce",pero como mas alla del pueblo no hay curvas ni rectas asfaltadas......pues seguimos hacia las Abaurreas para,en la alta,beber un cafetito disfrutando de las vistas de los pirineos y continuar hasta el infinito y mas alla.
Es lo que tenemos los moteros.
Pero leyendo el articulo y en un dia tonto como hoy,he pensado....hay que ir a conocer Villanueva,el Alaitze,ver (desde abajo) el Berrendi y comprobar el estado de los amortiguadores del vehiculo jeje.
Gracias por presentarme a Juana Mari y,gracias Juana Mari por esa txuleta (NO txuleton) del tamaño de una pala de padel.
Y he recordado lo leido de la forma de vida de los obispos de aquellos años.
Pues eso.....que GRACIAS!!.
Por cierto,me ha dicho Juana Mari que estas invitado a "noseque".
Nada Diego, espero que repitas muchas veces, porque el sitio lo merece de sobra -muuuuuuy de sobra, ¿has probao el revuelto?-. Luego te tomas el segundo cafelito en el Pirineo de la Alta o el Hotel Aribe o donde te plazca y a seguir calentando el tubarro.
saludos.
pd: no le pienso aceptar a la Juana el nosequé ése, se ponga como se ponga.
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