Controversia

Lo mismo ya lo he escrito, por que, casi como con otras tantas cosas, tener un archivo con tus artículos es de cobardes –como comer fruta, apuntar ideas y guardar frases en un cajón-, pero aunque me repita lo recuerdo ahora. Contaba el dueño del bar donde solía entrar Mikel Laboa que Mikel llegaba y, si les veía a los habituales discutir más alto de lo habitual, les preguntaba: ¿qué andáis, de controversia? Me he acordado de eso –también de que decía: ¿estás tontería? o Nada de particular, todo por el seguro- cuando he leído el anunciadísimo ataque del PSN a las cuentas generales de UPN, las mismas cuentas que el PSN aprobó hace seis meses, cuando al final he recordado que esta gente toma el café en el mismo bar, come en los mismos restaurantes, caga en las mismas tazas y por ahí todo seguido hasta que se duermen, a pierna suelta. La política, además de ser una farsa tal y como está el sistema de partidos, se ha atontado casi al extremo de los partidos de fútbol, con eso de que los equipos salen a la vez al campo y ya no se le puede meter el canguelo en el cuerpo al rival. Todo es profundamente educado, correcto, buenista y fantástico, como cuando te estiras hasta el bar para ver qué tal anda el vecindario, echas unas risas y te vuelves a casa. Hasta los de NaBai anduvieron tres meses a limpia hostia y luego se volvieron a abrazar, algo que lo mismo podría ser un paripé de cara a reilusionar a su gente. El buenismo está muy bien, pero ahí tenemos a San Virila, que era tan bueno que se echó una siesta de 400 años. Estaba aburrido de cojones, normal. Mi tío Jesús Mari, el día que me bautizó, para vacilarles a mis padres, antes de decir yo te bautizo Jorge dijo yo te bautizo Virila. Tío, está el tiempo para siesta, sí. Nada de particular, todo por el seguro.