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De lo que habrá que deducir que de un sinfín innumerable de ocasiones en las que no se logra que una nueva empresa se implante no nos vamos a enterar. De lo que sí nos enteramos, ya que para ello lo presentaron en el Palacio de Navarra –Diputación, que dice mi abuela- a toda plana, es que una empresa va a instalarse en Alsasua y que podría hacerse cargo de alguna parte de lo que se dejó Gamesa. La noticia, excelente y por la que mediante este escrito se felicita a todas las partes, de que Fluitecnik, dedicada a las placas solares, va a invertir 2,2 millones de euros en la Sakana y que es factible que emplee a unos 50 trabajadores despedidos de Gamesa es, como es costumbre en política, aprovechada al máximo y ni más ni menos que es el presidente del Gobierno de Navarra el encargado de dar la buena nueva para así prácticamente fagocitar todo lo positivo que a nivel de imagen emana de un asunto así. No está mal. Pero entonces estaría bien que siempre y cuando una empresa decida desinvertir lo que antes invirtió y dejé en la calle a unos cuantos, el Gobierno de Navarra preste también su planta noble de Diputación para ofrecer la noticia. Quiero decir, estaríamos empatados: si eres capaz de intentar monopolizar lo bueno, se capaz de asumir lo malo en idéntica proporción. No será el caso, ya que los políticos, cuando el paro sube lo achacan a un tema global y cuando baja a su habilidad gestora. No es un hecho diferencial navarro, por supuesto, pero no deja de ser una imagen interesada ver que un asunto exclusivamente empresarial, por muchas gestiones que haya hecho un Gobierno que está ahí para eso, se convierte en una divisa política en toda regla. Si dejaran a los de Dynamobel –por ejemplo- dar sus ruedas de prensa en Diputación aún nos creeríamos algo.