Teletienda

La TDT va a acabar conmigo, sobre todo la de la cocina. Resulta que tenemos en casa dos televisores, uno en el cuarto de estar y otro en la cocina, que me viene muy bien cuando cocino para así no escuchar mis propios pensamientos y tampoco a un compresor que debe de andar por donde la calle San Antón. El caso es que como la tele de la cocina es pequeña y vieja opté por comprar un aparato de la TDT barato y a fe que el cabrón está rindiendo como tal. Se atasca constantemente. El jueves se me atascó en el canal por el que emitían en directo el Debate sobre el Estado de la Comunidad. Andaba yo picando unas nueces que trajimos del pueblo para echárselas a un plato de pasta cuando sucedió la hecatombe y en la tribuna estaba Miguel Sanz asegurando que “lo más duro de la crisis ya ha terminado”. Hubo un silencio general en la cocina y las nueces y yo callamos, al tiempo que el acordeonista de San Miguel frenaba sus dedos, el compresor paraba y hasta las campanas de San Nicolás dejaron de avisar de que, el que quisiera, en un rato podía ir a misa. Gentes muy variadas, como ven, atentas a lo que decía nuestro máximo representante en tan insigne momento, que bien podría marcar el destino de nuestras vidas, como todos éramos conscientes, ya que un debate marca un antes y un después en tu futuro, como es sabido. El silencio duró un par de minutos, el tiempo que tardó el televisor en aceptar las órdenes del mando y avanzar seis canales de un tirón hasta recalar en uno de teletienda. Un tipo vendía cuchillos que cortan hasta los ambientes tensos. Volvimos todos a nuestras realidades y siguió el ruido. La pasta con nueces estaba cojonuda. Pena que estén tan caras. Menos mal que la crisis está terminando. El acordeonista seguía tocando Miénteme mucho. Es rumano pero no gilipollas.