Bacteria
No le doy ningún mérito a la bacteria ésa que han descubierto en un lago de California y que dicen que vive tan tranquila en compañía del arsénico. Resulta que en el lago también hay un montón de sal, así que hace lo que hacía yo cuando mi madre me ponía pella: atiborrarla a sal y pa dentro. Del arsénico cuentan auténticas barbaridades –al no tener jefe de prensa no se puede defender- y hasta esta semana se creía que nada podía convivir con él, excepción hecha de la bacteria de las pelotas. Mentira. El arsénico es un boy-scout comparado con nuestra sociedad y nuestro entorno y aquí estamos. Díganme si no qué bacteria con un par de huevos sería capaz de convivir con todo esto: suben las hipotecas, nos mandan cuatro hijoputas especuladores e inversores y para que ganen aún más nos bajarán aún más los sueldos, subirán los precios y encima tendremos que dar las gracias, circula una caterva de obispos que tienen la indecencia moral –deberían meterlos en cárcel por terrorismo sanitario- de no reconocer al condón como barrera contra el VIH, hay un tipo que tiene que estar escondido del mundo porque por vez primera en décadas -¿quizá en la historia?- se está contando parte de la basura en la que nos movemos, uno de cada dos canales de televisión es una tertulia de tíos y tías puestos en hilera esperando su turno para soltar la burrada que les permita que les llamen más veces. Y, para rematar este despropósito del que formamos parte como buenas ovejas, en un par de semanas llegala Navidad –criticamos que venga el Papa pero no que nos den fiesta por algo en lo que no creemos- y nos volveremos a gastar el dinero que no tenemos en cosas que no necesitamos, nos pondremos hasta las trancas de comer y beber y ahí nos las den todas. Lo dicho, la bacteria ésa es una aficionada.
No le doy ningún mérito a la bacteria ésa que han descubierto en un lago de California y que dicen que vive tan tranquila en compañía del arsénico. Resulta que en el lago también hay un montón de sal, así que hace lo que hacía yo cuando mi madre me ponía pella: atiborrarla a sal y pa dentro. Del arsénico cuentan auténticas barbaridades –al no tener jefe de prensa no se puede defender- y hasta esta semana se creía que nada podía convivir con él, excepción hecha de la bacteria de las pelotas. Mentira. El arsénico es un boy-scout comparado con nuestra sociedad y nuestro entorno y aquí estamos. Díganme si no qué bacteria con un par de huevos sería capaz de convivir con todo esto: suben las hipotecas, nos mandan cuatro hijoputas especuladores e inversores y para que ganen aún más nos bajarán aún más los sueldos, subirán los precios y encima tendremos que dar las gracias, circula una caterva de obispos que tienen la indecencia moral –deberían meterlos en cárcel por terrorismo sanitario- de no reconocer al condón como barrera contra el VIH, hay un tipo que tiene que estar escondido del mundo porque por vez primera en décadas -¿quizá en la historia?- se está contando parte de la basura en la que nos movemos, uno de cada dos canales de televisión es una tertulia de tíos y tías puestos en hilera esperando su turno para soltar la burrada que les permita que les llamen más veces. Y, para rematar este despropósito del que formamos parte como buenas ovejas, en un par de semanas llega
3 Comments:
De lo mejor que te he leido ultiamamente.
D.
Pues eso...
Un muxu con sabor a sal... (Desde Donosti)
se agradece D. (aunque no sepa quién eres).
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