01 marzo 2012

Sol


Ahí detrás de las Monjas Blancas, entre vallas, vericuetos de calles muertas, a lo lejos grúas y gritos de obreros que construyen futuros, delante del último terraplén que se llevó la penúltima obra y a donde iba Akerreta a esconder su caballete y a sí mismo del ruido de la ciudad y de las personas para pintar en paz el pasado, ahí justo hay un banco de madera que mira a la Higa. El sol sale a eso de las ocho y, si te sientas ahí a esa hora, nada importa, porque sale suave y medio blanco y, conforme se mueve hacia la derecha y gana en potencia y sobra el jersey y ya es amarillo, no se oye nada, o lo que se oye no se entiende. Para las 9 ya está encima del tejado del convento y para las 10 y media dos monjas de mediana edad salen a la calle a dar un paseo a una monja anciana y le dicen ¿ha visto, Dolores, cómo ríen los niños? y Dolores, que camina con la calma de la que ya ha estado donde había que estar, ríe al oír las risas y los chillos de los niños que acaban de salir al patio de Ursulinas a detener el tiempo, a la hora justa en la que seguro que Akerreta cerraba su caballete y volvía a casa pegado a las paredes con pasos cortos y rápidos. A esa hora, en el banco, ya has tenido margen de sobra para leer los periódicos, en los que la presidenta del Gobierno en enormes titulares avisa de que igual Volkswagen o algo así, que viene a ser como avisar de que mañana igual sale el sol que lo mismo llueve que si sale saldrá por la Higa y tirará a la derecha hasta que se meta en la noche teñido de rojo o de ese naranja delirante que se le pone por donde Aoiz. De eso avisa; y es tal el vacío de lo que dice, que los niños siguen riendo, Dolores sonríe al ver la huerta crecer y el del banco tiene que volver a casa, pegado a las paredes, con pasos grandes, rápidos y soleados.

7 Comments:

Blogger Koldo said...

Para recordar siempre este "zutabe" -con perdón-

Joé¡ !qué delicia y qué suerte ser capaz: primero de sentir todo eso, luego de interiorizarlo de tal manera que además: tercero: seas capaz de decirlo así y para colmo hacérnoslo sentir casi como tú lo sentiste¡

Y encima te habrá salido de corrido... si es que....¡¡¡

8:34 a. m.  
Anonymous Paula said...

Me ha gustado mucho tu columna de hoy, la manera en la que, de repente, sacas a colación la frase que la justifica, así, como si nada; pero con toda su fuerza.

8:43 a. m.  
Blogger Andertxo said...

Muy bueno crack, suscribo cada palabra de Koldo. Jorge, no sé donde tienes el techo, pero mira que debe estar alto el jodido!!

8:50 a. m.  
Anonymous Txandrios said...

Es la religión navarra, paralela a la católica. Dónde la Volswagen es el dios todopoderoso, Los vascos el demonio y la UPSN los sumos sacerdotes iluminaos que nos guian en esta travesía por el desierto camino a no se sabe dónde... . Muy bueno ese sol que calienta y conforta
Salud

9:28 a. m.  
Anonymous Soyamaiur said...

'Últimamente'. Así se titula el documental que narra a Aquerreta en su acción creativa al que corresponde la foto de hoy.

Una narración incomprensible hasta el final. Y ni aún así, si no quieres entender lo que no se explica, se muestra.

Yo algo entiendo.

Entiendo que ver el documental de Aquerreta me hace feliz, y que no entender a Aquerreta también.

Que tu escrito, Jorge, es suave hasta que llega la aspereza.

Que la propaganda de la Barcina me produce desasosiego y que es imposible no entender sus intenciones. Son tan burdas como ella misma.

De hecho, mezclar Aquerreta y Barcina en el mismo espacio y en el mismo tiempo es casi sacrílego.

Un detalle: para mí, el sol se mete por Echauri no por Aoiz.

10:41 a. m.  
Blogger jorgenagore said...

gracias majos-as, abrazos.

2:36 p. m.  
Anonymous Alvaro said...

Txapó, mesié!

8:29 p. m.  

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