15 abril 2012

Soria


El mundo es rarísimo. Conozco a dos Carlos Soria. Bueno, no. A uno tuve la desgracia de conocerlo y al otro no tengo esa suerte, aunque le sigo. El primero era el clásico profesor hueso y borde y supongo que incapaz de ser algo más que había cuando yo estudié esta cosa. Llegada la hora del examen –no recuerdo de qué daba clase, ¿podía ser de Ética?-, llamó a la gente por grupos a su despacho, nos sentó en una mesa, giró una tortuga metálica y a quien le señalaba la cabeza de la tortuga le aprobaba. Luego, mantenía unos segundos la espera y, bien solemne, aprobaba al resto. Pagas un pastón para que un tipo se erotice así. En fin. Indignante. El otro será de la edad y en los últimos meses quizá muchos de ustedes hayan oído hablar de él por vez primera, ya que a sus 73 años está yendo a por su 12º ochomil. Pero no es un abuelito loco que haya descubierto esto ayer. Carlos Soria Fontán estuvo a un paso en 1975 de convertirse en el primer español en ascender a un ochomil, en concreto el Manaslu, gesta que recayó finalmente en sus compañeros de expedición Jerónimo López y Gerardo Blázquez. Hace 37 años de eso y Soria ya estaba allí. “Para llegar a los 7.000 metros, Carlos abrió un vertical y sostenido muro, debiendo emplearse a fondo, lo que quizás intervino en la afección respiratoria que le obligó a retirarse más tarde”, escribió años después Blázquez. Ahora, Soria, ya jubilado de su trabajo como ebanista, que apenas le dejaba ni tiempo ni una peseta para ir al Himalaya, pisa la cara norte del Annapurna y espera una ventana de buen tiempo, una ventana tras la que brille el sol, como brillan las de la Escuela de Sama desde que él solo comenzó a ayudar a esos 100 niños que tuvieron la inmensa fortuna de cruzarse con el Soria bueno, digno y ético y que no asustaba a nadie.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Eres el mejor!

8:03 p. m.  
Blogger Mr. K said...

El Soria, de ética, sí! Qué horror de tío!!

11:41 a. m.  
Anonymous Soyamaiur said...

Pues a mí El Soria de ética me gustó. Y me gustó mucho.

Y sus clases fue de lo poco que no me pareció prescindibles en la carrera. Por supuesto, el mejor fue Noblejas con su epistemología y Nieto. ¡Ah! y Luka, grande Luka.

Y a lo largo de la carrera profesional rubrico mi juicio: ojalá hubiera más Soria y más deontología en los periodistas, más epistemología en sus textos y más visión y comprensión de la empresa en sus actos.

12:08 p. m.  

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