Estéril

Ignoro qué puñetas es o significa o supone o cómo se llega o para qué sirve o qué más da eso de doctor Honoris Causa por una universidad la que sea. De hecho, ignoro por completo todo lo relativo a tesis, doctorandos, licenciaturas y todo ese retal de palabras. Me resulta incomprensible, algo así como los funcionarios y que si yo soy nivel B pero mi plaza está en Asuntos Sociales y aquí estoy en comisión de servicios y no sé qué hostias. Me da vueltas la cabeza, en serio. Así que enhorabuena a Barcina y no me enredaré en polémicas estériles con la causa honorable esa que le han dao en Lima ni si el momentico lo pagamos a escote o pagan los peruanos. ¿Para qué? Prefiero acordarme de las palabras del recién nombrado rector de la universidad en la que creo recordar estudié, cuando afirmó que no “nos enredaremos en polémicas estériles” acerca de Donapea, minutos antes o después de que, según leí, Francisco Errasti, director del CIMA, alegrara la vida a los presentes con unas bromas jolgoriosas, al parecer. Quizá fue en otro acto, la verdad, cuando le dieron la medalla de oro o no sé qué. Es que está todo lleno de actos para nada estériles. A lo que iba: eso de estéril. Es indignante que, seas quien seas, profeses la fe que profeses, seas de donde seas, hagas lo que hagas, te pueda parecer y no solo te parezca sino que así lo expreses “estéril” qué se hace o deja de hacer con unos terrenos públicos que pagamos entre todos, experto comunicador. Tu expresión es de una prepotencia asquerosa, la típica que suelta desde su atalaya de poder recién estrenado el que vive en su burbuja y se sabe ganador con la complacencia de los políticos chupatintas de costumbre. No tengo nada contra el Opus, pero os ganáis a pulso muchos desprecios, también estériles, ¿verdad PSN?