Tontos

Dame pan y te llamo tonto. A esta gente de los tinktanks o tal que se diga me los imagino yo así, unos tipos y tipas de lo más preparados –para lo suyo- metidos en unas habitaciones blancas acolchadas venga de pensar cosas y elaborando frases como esta: dame pan y te llamo tonto. Personas cooperadoras, en suma, ya que no te voy a pedir que encima que me das el pan también me llames tonto, ya te lo llamo yo a ti, porque entonces sino yo no hago nada: tontolculo. Bueno, eso igual no porque entonces hay que renegociar la factura, ya que muchos de ellos –primero Institución Futuro, que lleva 131.000 euros en subvenciones desde 2008, y también Civismo, del gran Julio Pomés, ese demócrata del repago- funcionan así, a la pieza, aunque reciban una subvención de base por su mera existencia, como usté y como yo. ¿Ah, usté no recibe nada? Mejor, usté sí que es independiente, jaja. No como estos, no como estos, a los que tú como administración les encargas algo –o al borde de darte fuego cedes ante su insistencia, como sucedía en época de Pomés en Institución Futuro- y apoquinas. Tontolculo ya sería más caro. Al llevar más letras. Decía que les encargas o te ofrecen y de allá sale lo que tú quieres que salga, como que hay que reducir el parlamento o que lo público es mucho caro. Aprovechas alguna buena ola que te llegue desde la calle o desde los medios de comunicación, pides el informe, te lo hacen en un ti-ta, lo presentas y a pagar. Es de una perfección asombrosa, de una independencia supina y de una puta jeta que habría que no solo quitarles la subvención sino que devolvieran todo lo recibido, se metieran en su jodido cuarto y se tragaran papel a papel esos estudios que los puede hacer cualquier funcionario interno sin tanto master. Independientes, hay que joderse.