Consejo
Hablando de cultura, vi que han
renovado el Consejo Navarro de Cultura. Calculo que la edad media andará cerca
de la que tenía el Politburó que eligió a Andrópov cuando Breznev relajó las
cejas. Bueno, no tanto, quizá, ya que veo a dos o tres que aún no habían nacido
cuando Korpas era comunista. Como todos ustedes saben, las funciones del
Consejo son... aproximadamente... más o menos... ¡varias! A pesar de tantas
funciones, tal vez les llame y les encargue que hagan un estudio sobre el
número de Consejos que hay en Navarra por habitante. Tenemos que ir primeros
seguro. No veo en el Consejo, eso sí, a persona alguna con relación directa con
la música de Satanás, Belcebú y Mefistófeles: el rock. No es una
sorpresa, porque el rock no es Cultura. Hace poco alguien me preguntó qué era
para mi la Cultura y no supe qué decir, pero tal vez sea todo aquello que se
crea de la nada y emociona y esa emoción inspira a otras y otros para crear
nuevas emociones. No tiene por qué servir para nada práctico, pero, por
supuesto, no puede incluir el sufrimiento real de nadie. Los toros serán
Cultura, tranquilos, pero el rock, no. Pero no pasa nada, a fin de cuentas es
un fenómeno residual sin impacto en la sociedad en los últimos 60 años. Como
residual es la propia idea de entregar premios oficiales a las personas
relacionadas con la cultura. O debería de serlo. ¿Qué explicación tiene que
ningún organismo público gaste un solo euro, un solo minuto, en dar un premio?
Ninguna, porque no la tiene. Y mucho menos que el premiado cobre nada. A la
Cultura no le hacen falta premios así. Le hace falta apoyo, implicación,
sectarismo cero, juventud, igualdad de oportunidades y libertad. Dijo una vez El
Maestro: no sé dónde está la cosa, pero sé donde no está. En Navarra no
está, ni se le espera.
2 Comments:
Yo como que a la plaza de toros traía a los Iron Maiden de mi vida con Barricada y Marea de teloneros. Y los toros con txupa de cuero en el palco. Y eso es cultura; bueno y el Bolsoi también, que sí.
Salud
Buenas, Mr Nagore. Su definición de cultura me mola, pero le veo un punto endeble. Nacho Cano compuso de la nada "No hay marcha en Nueva York y los jamones son de York" y hay a quién le emocionó. El termómetro de las emociones es de escala variable y hay mucho meteorólogo.
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