En frío
La semana pasada anduve tres días
de acompañante en el CHN. Al ser fumador, calculo que subí y bajé las escaleras
unas 300 veces, fruto de lo cual tengo los gemelos como lápidas, aunque
afortunadamente esas sillas en las que duermen los acompañantes te masajean tan
bien el resto del cuerpo que ni notas el dolor de los gemelos. Pero yo les
quería hablar de la comida, con perdón. El ingreso no era de riesgo,
inicialmente, y como todo fue bien aunque el tute fuera fino –para ella-, le
tocó la denominada dieta basal. Yo al principio no entendía lo de basal,
pero al final caí: bas al bar de abajo y súbele algo. La primera noche
le trajeron cena y al día siguiente el personal alucinaba de que le hubiesen
traído cena tan tarde: lo normal es que se hubiese quedado sin cenar. Ni
la probó: bocata de tortilla de patata de abajo. Los desayunos llegaban a las
9, cuando las cenas las servían a las 20.00. Para las 9, obviamente yo ya había
subido comida como para alimentar a media planta, porque 13 horas entre comida
y comida si necesitas energía no es un plazo muy normal. Como tenemos mucha
suerte y cuatro billetes pequeños, se puede hacer. El que no pueda, a joderse.
Un día le trajeron un pescado que ya estaba seco cuando Amundsen llegó al Polo
Sur. Otro un redondo que efectivamente era redondo, era una circunferencia. La
pasta carbonara la habrían hervido con mechero. Aunque la estrella fueron los Garbanzos
en suspensión. Venían con gafas de bucear, aletas y arpón. Te metías dentro
de aquel caldo y si cazabas un garbanzo te regalaban un pulpo. Nos fuimos a
casa muy contentos, el del bar nos besó y en la puerta me dí puto asco de mi
mismo pensando en quien no tiene tanta suerte. ¡Qué vergüenza lo que habéis
hecho! Y dicen que ya no hay clases: ¡siempre las ha habido y las habrá!
3 Comments:
un abrazo colombiano para un asunto pequeño
Estimado Jorge:
Me llamo Isabel y quería decirte que si a mi abuela la ingresan y le dan tortilla verde o tortilla verde y marrón la cogeré, la meteré en un tupper, me iré a ver a la consejera Marta Vera y le diré que se la coma delante mía y luego me cante un villancico.
Solo conozco dos clases: los sinvergüenzas y los que no lo son. Y nos han tocado unos gobernantes que están en el primer grupo. No se han planteado dar el catering al Rodero o al Tubal, 33, molino de Urdanitz, o al bar Navarro de Huarte?. Por lo menos la calidad la tendríamos asegurada. Y de precio, por ahí anda el asunto. Porque espero que les hagan auditoría. Esto huele a pelotazo que tira p'atras que no veas. En estos dos últimos años hemos metido unos seis meses en el CHN. Lo mejor el trato profesional y humano del personal del CHN y la calidad de la comida. Justo antes del cambio salimos. Suerte, Jorge.
Salud
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