04 mayo 2013

De Rodríguez


En algunos de sus conciertos, Sixto Rodríguez, al que como el 99% del planeta no conocía hasta la película –que no he visto aún-, interpreta al final Like A Rolling Stone, considerada la mejor canción de la historia, aunque para mi que es Not Dark Yet. U otras 30 o 40 de Dylan, depende de la hora. Bien. La letra es demoledora y habla de una mujer, pero podría hablar de un hombre, de cualquiera de nosotros. Es curioso verle tocar, medio ciego, fuerte como un roble, y saber que tras decenas de años desaparecido le han vuelto a poner en el mapa, cuando ya ha cumplido 70. Y verle tocar precisamente eso: y la princesa en la torre y toda la gente guapa bebiendo y creyendo que lo tienen todo hecho. Desaparecido por completo, trabajando en la construcción, sin grabar un disco desde 1971, Rodríguez vuelve, aunque nunca estuviera antes donde está ahora, tocando en grandes y míticas salas. Todo el asunto del dinero “reconozco que es indecente”. Su hija dice que lo regala a amigos y familiares. No tiene televisión, ni ordenador, ni coche y vive en la misma casa desde hace 40 años. Pero a mi me gusta más la idea de imaginarlo desaparecido, sabiendo –o intuyendo- que podría cambiar su vida en cualquier momento, pero sin buscarlo, ni rebajándose a nada para lograrlo, ni tragando con nada ni siendo lo que no es ni quiere ser. Callado y ausente para todos menos para sí mismo. Barcina está haciendo un Rodríguez. Antes se le llamaba hacer un Salinger, ahora es un Rodríguez. Una política que basó prácticamente toda su imagen en estar ahí cuando surgió el oso Camille, en ser la primera mujer en el gobierno, en pasar a alcaldesa y en aparecer en más fotos que resacas ha tenido Keith Richards. Y que ahora no está casi nunca. Me gusta la idea. La idea del periplo de Rodríguez. Pero al revés.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

si,que esta casta de mangantes,desaparezca para siempre-

8:33 a. m.  

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