De Rodríguez
En algunos de sus conciertos, Sixto Rodríguez, al que como el 99% del planeta no conocía hasta la película
–que no he visto aún-, interpreta al final Like A Rolling Stone,
considerada la mejor canción de la historia, aunque para mi que es Not Dark
Yet. U otras 30 o 40 de Dylan, depende de la hora. Bien. La letra es
demoledora y habla de una mujer, pero podría hablar de un hombre, de cualquiera
de nosotros. Es curioso verle tocar, medio ciego, fuerte como un roble, y saber
que tras decenas de años desaparecido le han vuelto a poner en el mapa, cuando
ya ha cumplido 70. Y verle tocar precisamente eso: y la princesa en
la torre y toda la gente guapa bebiendo y creyendo que lo tienen todo hecho.
Desaparecido por completo, trabajando en la construcción, sin grabar un disco
desde 1971, Rodríguez vuelve, aunque nunca estuviera antes donde está ahora,
tocando en grandes y míticas salas. Todo el asunto del dinero “reconozco que es
indecente”. Su hija dice que lo regala a amigos y familiares. No tiene televisión,
ni ordenador, ni coche y vive en la misma casa desde hace 40 años. Pero a mi me
gusta más la idea de imaginarlo desaparecido, sabiendo –o intuyendo- que podría
cambiar su vida en cualquier momento, pero sin buscarlo, ni rebajándose a nada
para lograrlo, ni tragando con nada ni siendo lo que no es ni quiere ser.
Callado y ausente para todos menos para sí mismo. Barcina está haciendo un
Rodríguez. Antes se le llamaba hacer un Salinger, ahora es un Rodríguez. Una
política que basó prácticamente toda su imagen en estar ahí cuando surgió el
oso Camille, en ser la primera mujer en el gobierno, en pasar a alcaldesa y en
aparecer en más fotos que resacas ha tenido Keith Richards. Y que ahora no está
casi nunca. Me gusta la idea. La idea del periplo de Rodríguez. Pero al revés.
1 Comments:
si,que esta casta de mangantes,desaparezca para siempre-
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