02 mayo 2013

Puerro


Paula Radcliffe representa lo mejor del atletismo mundial. Cuando el atletismo africano femenino ya había desembarcado de forma masiva en los campeonatos –algo que no sucedió hasta bien entrados los años 90- era la única oveja blanca entre la fabulosa manada negra. Su agónico estilo y sus épicas peleas en los mundiales de cross ante etíopes y keniatas forman parte de lo más colosal de la historia del deporte más antiguo y sencillo. No tiene ni una sola medalla olímpica, pero sí el récord del mundo de maratón, varios títulos mundiales y europeos y toda la admiración, aunque no tenga la fotogenia de Isinbayeva y otras tantas con muchos menos méritos que ella. Sus 2.15:25 son solo 64 segundos más que el récord navarro masculino de Andrés Pérez, un registro el de Pérez que ya tiene 17 años y que tardará muchos en ser batido, porque ahora corre más gente, sí, mucha más, pero se corre –en general- bastante más lento. Radcliffe hubiese ganado el Medio Maratón de Pamplona del pasado año, tanto –por supuesto- en mujeres como en hombres. Esa clase de nivel. Pues bien, a sus 39 años, madre de dos hijos que no la han retirado de la competición, es –desde siempre- una implacable perseguidora del dopaje y lleva desde 1999 un lazo rojo exigiendo controles de sangre y que se hagan públicos. Ayer pidió desde su cuenta de Twitter a los deportistas españoles que exijan que la juez de la Operación Puerto no destruya las bolsas de sangre, que es lo que va a hacer. Esas bolsas no son de enfermos, son de tramposos: ciclistas, atletas, tenistas y futbolistas, como poco. España es el completo hazmerreír y llorar del mundo deportivo y nuevamente si algo llegamos a conocer será gracias a otros, mientras aquí preferimos los chuletones y la Operación Puerro y comentar las portadas del Marca.

1 Comments:

Anonymous Txandrios said...

Barraaa libreeee, señores.

5:38 p. m.  

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