Que voy
Larguiiiísimo se me está haciendo oigan, pero no hay manera. Cada vez que lo intento y me digo ¡venga, vamos que nos vamos! nada, imposible, esta gente no quiere nada fuera de planificación. Y todo porque aún les quedan cosas por negociar porque soy tía, aunque diga mi padre que no sabe nada, como si el personal se chupara el dedo. Porque la peña no es tonta papá y no se la pegáis tan fácil. Es como lo de que se cambiará la constitución si nazco. Pues claro que voy a nacer, si lo sabré yo. Se piensan que con ese gesto van a quedar de monarquía guay. ¡Ya! Lo suyo habría sido anunciar que se cambiaría sí o sí, sin esperar a saber si soy niño o niña, no hacerlo ya cuando no quede más remedio. Eso es una ofensa a las niñas y así lo digo porque así lo siento, que a mí no me calla ni el abuelo. El pueblo dirá: “¡Oh, qué monarquía más moderna, tan de hoy, tan sencilla!” El pueblo está atontao, como si se hubiera caído de pequeño en la marmita de la epidural. De uno en uno ganan, pero juntos, unos borregos, hasta los que van de republicanos, que hablan sin saber. Ya les metía yo a ésos progres aquí, que llevo más kilómetros que un Yakolev, que justo llegas a un sitio, parece que te quedas ya un rato, te entra la gana de comer y ¡hala!, fingando pa otro lao. Y otro cambio horario, y otros sabores y otra presión atmosférica. Y así estoy, doblada. Por no hablar de la gente con la que se juntan, to el día diciendo paridas, rindiendo pleitesías y mi madre poniendo cara boba. Hasta me tuve que tragar una noche en exclusiva las canciones nuevas del Sabina, horrorosas, con lo que me gustaba a mí ésa de Princesa, aunque sea un plagio descarao del Like a Rolling Stone. Bueno, átense los machos, que voy, que el Froilán a mi lao va a ser un puñetero aficionao.
Larguiiiísimo se me está haciendo oigan, pero no hay manera. Cada vez que lo intento y me digo ¡venga, vamos que nos vamos! nada, imposible, esta gente no quiere nada fuera de planificación. Y todo porque aún les quedan cosas por negociar porque soy tía, aunque diga mi padre que no sabe nada, como si el personal se chupara el dedo. Porque la peña no es tonta papá y no se la pegáis tan fácil. Es como lo de que se cambiará la constitución si nazco. Pues claro que voy a nacer, si lo sabré yo. Se piensan que con ese gesto van a quedar de monarquía guay. ¡Ya! Lo suyo habría sido anunciar que se cambiaría sí o sí, sin esperar a saber si soy niño o niña, no hacerlo ya cuando no quede más remedio. Eso es una ofensa a las niñas y así lo digo porque así lo siento, que a mí no me calla ni el abuelo. El pueblo dirá: “¡Oh, qué monarquía más moderna, tan de hoy, tan sencilla!” El pueblo está atontao, como si se hubiera caído de pequeño en la marmita de la epidural. De uno en uno ganan, pero juntos, unos borregos, hasta los que van de republicanos, que hablan sin saber. Ya les metía yo a ésos progres aquí, que llevo más kilómetros que un Yakolev, que justo llegas a un sitio, parece que te quedas ya un rato, te entra la gana de comer y ¡hala!, fingando pa otro lao. Y otro cambio horario, y otros sabores y otra presión atmosférica. Y así estoy, doblada. Por no hablar de la gente con la que se juntan, to el día diciendo paridas, rindiendo pleitesías y mi madre poniendo cara boba. Hasta me tuve que tragar una noche en exclusiva las canciones nuevas del Sabina, horrorosas, con lo que me gustaba a mí ésa de Princesa, aunque sea un plagio descarao del Like a Rolling Stone. Bueno, átense los machos, que voy, que el Froilán a mi lao va a ser un puñetero aficionao.
1 Comments:
No te crees ni tú que va a ser niña.
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