Irati
¡Anda!, los romanos empiezan a mirar a la pequeña aldea gala. A buenas horas, pero mejor mañana que pasao. Ya he dicho alguna vez que mi pueblo está en la Aezkoa, aunque, prácticamente, sólo vayamos en verano (de ahí que el gran Fignon, ¡aupa ese Juanluixio!, nos llame juliero-agosteros. Ya te pillaremos en fiestas de Olaldea, je-je), pero eso no quita para que, sin ser de allá, nos sintamos de allá, que mi abuela ya va para 70 veranos consecutivos e íntegros, y que la situación del pueblo y del valle en general, al igual que el de Salazar, nos aturda. Porque, por un lado, a nosotros en teoría nos debería alegrar que por allá no pase gente y que aquello no se convierta en un destino masivo o sencillamente en un destino, pero la verdad no es ésa. La verdad es que el año pasado contamos casa por casa los habitantes que había hace 25 años y los de ahora y habían bajado de 140 a 60, algo alucinante. Y la media de edad rozaba los 60 y hace apenas tres años que nació la primera persona en los últimos 20. Y eso, frenar esa tendencia, es infinitamente más importante que el simple hecho de que un día este yo a mi bola en el Ferretazulo, que es un pozo, pegándome un baño creyéndome Robinson Crusoe y me aparezcan dos tipos de Madrid diciendo egque o dos catalufos que me dicen escolta: “No necesito, gracias”. Si luego coméis en el Auñak o en el Errotaberri o en Betolegui o en ... me aguanto, faltaría más, y a ver si la rueda sigue y sigue y sigue y, si no volver a lo de antaño, al menos que puedan resistir los que están, con un desarrollo lógico y sin cambiar la esencia. Confío en que ese plan, ese Ecodestino Irati, salga para adelante. Y rápido. Y que tenga dinerines, porque de buenas palabras estamos ya un poco hartos. Hasta mucho más arriba de la cima de Petxuberro.
¡Anda!, los romanos empiezan a mirar a la pequeña aldea gala. A buenas horas, pero mejor mañana que pasao. Ya he dicho alguna vez que mi pueblo está en la Aezkoa, aunque, prácticamente, sólo vayamos en verano (de ahí que el gran Fignon, ¡aupa ese Juanluixio!, nos llame juliero-agosteros. Ya te pillaremos en fiestas de Olaldea, je-je), pero eso no quita para que, sin ser de allá, nos sintamos de allá, que mi abuela ya va para 70 veranos consecutivos e íntegros, y que la situación del pueblo y del valle en general, al igual que el de Salazar, nos aturda. Porque, por un lado, a nosotros en teoría nos debería alegrar que por allá no pase gente y que aquello no se convierta en un destino masivo o sencillamente en un destino, pero la verdad no es ésa. La verdad es que el año pasado contamos casa por casa los habitantes que había hace 25 años y los de ahora y habían bajado de 140 a 60, algo alucinante. Y la media de edad rozaba los 60 y hace apenas tres años que nació la primera persona en los últimos 20. Y eso, frenar esa tendencia, es infinitamente más importante que el simple hecho de que un día este yo a mi bola en el Ferretazulo, que es un pozo, pegándome un baño creyéndome Robinson Crusoe y me aparezcan dos tipos de Madrid diciendo egque o dos catalufos que me dicen escolta: “No necesito, gracias”. Si luego coméis en el Auñak o en el Errotaberri o en Betolegui o en ... me aguanto, faltaría más, y a ver si la rueda sigue y sigue y sigue y, si no volver a lo de antaño, al menos que puedan resistir los que están, con un desarrollo lógico y sin cambiar la esencia. Confío en que ese plan, ese Ecodestino Irati, salga para adelante. Y rápido. Y que tenga dinerines, porque de buenas palabras estamos ya un poco hartos. Hasta mucho más arriba de la cima de Petxuberro.
2 Comments:
¿Pero no decías ayer que no eres sentimental?. Yo no consigo coger al cojo, soy muy mayor, pero al otro...
A propósito,¿qué tal las truchas del FERRETAZULO?
A mi mientras me dejen invernar los meses que tengo en convenio, tambien me parece estupendo lo del Plan. Asi vendran muchas muxarritas...
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