A por ellos
La cosa se calienta. Y no me refiero a la caída del abrigo, esa estación que ya ha llegado y en la que los hombres, mayormente, nos vamos chocando contra las señales y los postes pero que nos quiten lo mirao. Hablo del partido del domingo. Si el gran Pedrag Mari acuñó la famosa si nos confiamos somos muy malos habrá que convenir que cuando nos calentamos y nos pasamos de frenada nos ponemos asquerositos y, por el efecto boomerang, nos pega nuestra propia ira en la jeta y qué más quieren en Madrid que que pase lo que ellos quieren que pase, que no es otra que que algún zangolotino la líe en forma de petardo, de tornillo o de lo que sea, nos descentremos, nos ganen y además nos chapen el campo –con las ganas que tienen- y el día del Valencia tengamos que jugar en Donosti. Porque para eso ellos son unos maestros desde los tiempos de Buyo, Gallego, Michel, Hugo Sánchez y Valdano, y nosotros, pues unos cenizos. Y el personal, entre los primeros calores y el sexto pacharán –que lo carga el diablo- llega al campo muy inflamable y se nos va la mano. Y por ahí no. Miedo, mofa y cachondeo que pasen todo el necesario, pero a ver si tenemos el suficiente talento de perjudicarles lo más posible sin ni siquiera acercarnos a ningún límite y, por supuesto, sin perjudicar a los nuestros ni un palmo. Porque andan ya los foros y las gentes preparando cánticos y eso está muy bien, que cantando somos bastante ases, pero miedo me da que de ahí pasemos al nivel 5 del huracán. Y eso que ya llevamos bastantes años demostrando que somos capaces, pero este año no es lo mismo, en un partido en el que te juegas lo que nos jugamos en este. A ver si es verdad. Por mi parte, cuando no anime a los nuestros, no pienso parar de gritarle “guapa” a Guti en todo el partido. ¡Qué fuerte, Nube, tía!
La cosa se calienta. Y no me refiero a la caída del abrigo, esa estación que ya ha llegado y en la que los hombres, mayormente, nos vamos chocando contra las señales y los postes pero que nos quiten lo mirao. Hablo del partido del domingo. Si el gran Pedrag Mari acuñó la famosa si nos confiamos somos muy malos habrá que convenir que cuando nos calentamos y nos pasamos de frenada nos ponemos asquerositos y, por el efecto boomerang, nos pega nuestra propia ira en la jeta y qué más quieren en Madrid que que pase lo que ellos quieren que pase, que no es otra que que algún zangolotino la líe en forma de petardo, de tornillo o de lo que sea, nos descentremos, nos ganen y además nos chapen el campo –con las ganas que tienen- y el día del Valencia tengamos que jugar en Donosti. Porque para eso ellos son unos maestros desde los tiempos de Buyo, Gallego, Michel, Hugo Sánchez y Valdano, y nosotros, pues unos cenizos. Y el personal, entre los primeros calores y el sexto pacharán –que lo carga el diablo- llega al campo muy inflamable y se nos va la mano. Y por ahí no. Miedo, mofa y cachondeo que pasen todo el necesario, pero a ver si tenemos el suficiente talento de perjudicarles lo más posible sin ni siquiera acercarnos a ningún límite y, por supuesto, sin perjudicar a los nuestros ni un palmo. Porque andan ya los foros y las gentes preparando cánticos y eso está muy bien, que cantando somos bastante ases, pero miedo me da que de ahí pasemos al nivel 5 del huracán. Y eso que ya llevamos bastantes años demostrando que somos capaces, pero este año no es lo mismo, en un partido en el que te juegas lo que nos jugamos en este. A ver si es verdad. Por mi parte, cuando no anime a los nuestros, no pienso parar de gritarle “guapa” a Guti en todo el partido. ¡Qué fuerte, Nube, tía!
3 Comments:
no sé qué haces en un periódico de pueblo, por muy grande que sea el pueblo. Es un desperdicio, en serio, hace tiempo que te leo a través del foro del Noticias y cada día alucino más con tu nivel. Me alegra los días como hace años que no lo hace un periodista.
A por ellos, pero no así, porque una vez más hemos tenido que cagarla tirando cosas al campo. Qué lástima...
hay mucho gilipollas suelto. ayer domingo,sin ir más lejos, en padre barace, frente al by-by, una cuadrilla que, los dias que jugamos en el sadar se junta en los bares de la zona para empapar sus calvas en licor, se liaron a ostias no se si entre ellos(no había ningún rastro de vida inteligente por allí) o contra madridistas; botellazos, patadas de ska a la cabeza, bengalas... lo gracioso es que a uno de ellos lo conozco, de pequeño le dábamos collejas ahí donde los hermanos claretianos; luego llegaron los otros,5 minutos despues con sirenas y bokatxas: podían haberse pegaó entre ellos tamnién,no quedaba nadie. una lástima de juventud, dirán los viejos. entre eso y la aceitera menudos supuestos supporters que tenemos.
a ver si le volvemos a dar su merecido al Patético de mandril.
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