Stalingrado
Más de 1.000 navarros que huelen a reflex van a mear hoy las playas de San Sebastián, van a acabar con los pintxos y los katxis de Aquarius y se van a volver a su casa al otro lado de la muga, donde hace semanas que no queda ni una sola seta porque miles de guipuzcoanos fueron con sus cestas y arramplaron con todas las que salieron, que salieron muchas. Es lo que se llama intercambio de fluidos, comercio exterior y hoy por ti mañana por mi. No pasa lo mismo en cambio con los vizcaínos –rama Athletic de Bilbaú- que practican el lo mío es mío y, lo tuyo, también. O sea, estos se mean en tu playa y se comen tus setas pero a la que vas para allá te cobran por entrar al Guggenheim, que además no deja de ser una lata de atún con un par de hachazos. Incluso su nueva presidenta con apellido de banco y de crimen –perdón por la redundancia- ha declarado que con la Real hasta aquí hemos llegado, basta ya, algo que también dijeron los alemanes a las puertas de Stalingrado porque hacía un frío de cojones, parecido al que campea por San Mamés los últimos años. Es lo que pasa por ir por la vida de vasco txapeldun, que no asumes que hay otras realidades al margen de la tuya y que tu imperio termina donde termina, ni en Zubieta ni en Tajonar, donde ya se ha demostrado, afortunadamente, que cuando hace falta que haga 40 bajo cero como en Stalingrado se pone el acondicionao y así desaparecen las moscas, las malas hierbas y los ojeadores. Se desconoce a la hora de redactar estas líneas cuál será el próximo movimiento de Urquijo y sus huestes, si optarán por un repliegue o por una nueva contraofensiva en alguna guardería, kindergarten o pila bautismal. Lo único que sí podemos confirmar es que los pintxos estaban cojonudos, las setas aún más y que hace una temperatura bien agradable.
Más de 1.000 navarros que huelen a reflex van a mear hoy las playas de San Sebastián, van a acabar con los pintxos y los katxis de Aquarius y se van a volver a su casa al otro lado de la muga, donde hace semanas que no queda ni una sola seta porque miles de guipuzcoanos fueron con sus cestas y arramplaron con todas las que salieron, que salieron muchas. Es lo que se llama intercambio de fluidos, comercio exterior y hoy por ti mañana por mi. No pasa lo mismo en cambio con los vizcaínos –rama Athletic de Bilbaú- que practican el lo mío es mío y, lo tuyo, también. O sea, estos se mean en tu playa y se comen tus setas pero a la que vas para allá te cobran por entrar al Guggenheim, que además no deja de ser una lata de atún con un par de hachazos. Incluso su nueva presidenta con apellido de banco y de crimen –perdón por la redundancia- ha declarado que con la Real hasta aquí hemos llegado, basta ya, algo que también dijeron los alemanes a las puertas de Stalingrado porque hacía un frío de cojones, parecido al que campea por San Mamés los últimos años. Es lo que pasa por ir por la vida de vasco txapeldun, que no asumes que hay otras realidades al margen de la tuya y que tu imperio termina donde termina, ni en Zubieta ni en Tajonar, donde ya se ha demostrado, afortunadamente, que cuando hace falta que haga 40 bajo cero como en Stalingrado se pone el acondicionao y así desaparecen las moscas, las malas hierbas y los ojeadores. Se desconoce a la hora de redactar estas líneas cuál será el próximo movimiento de Urquijo y sus huestes, si optarán por un repliegue o por una nueva contraofensiva en alguna guardería, kindergarten o pila bautismal. Lo único que sí podemos confirmar es que los pintxos estaban cojonudos, las setas aún más y que hace una temperatura bien agradable.
2 Comments:
Eres un genio, chaval.
Esta es la razón por la que yo no me pierdo ni una sola de las entregas de NAGORE. Alguien proponía que en 2.007 debe tirar el cohete. Mi voto es que SÍ.
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