Lepe
Va a nevar en Pamplona, como en Lepe. En Lepe hace más de 50 años que no nieva y por eso el alcalde hace que nieve todos los días de ocho a ocho y cuarto, exactamente. Ha puesto unos cañones de nieve en la plaza Consistorial y ahí se reúne la gente todas las tardes mientras pelan unas gambas, que para eso Lepe está en Huelva, para que haya gambas que pelar. Parece ser que la idea está gustando mucho en Lepe y que los niños están muy contentos de que nieve en Lepe. Bien. En el pueblo de Amanece que no es poco, un pueblo que que yo sepa no tiene nombre, no nieva, pero para compensar hacen flash-back, que, traducido al cristiano, viene a ser acordarse del pasado. En Pamplona, como no podemos hacer flash-back, que se sepa, pues nos vamos a acordar del pasado haciendo también que nieve. Va a nevar concretamente cinco días en cinco plazas del Casco Viejo. Acojonante. Yo, que les tengo mucho cariño a los comerciantes –que son los que han alumbrao la nevada-, no doy crédito a semejante cosa, que nos tengamos que poner ahora a hacer que nieve para animar las calles, ya de por sí animadas cuando de hacer gasto navideño se trata. No sé, a mi me gustaría más que pusiesen una playa, con sus olitas y sus conchas y sus bikinis, para poder acodarme en un escaparate y ver cómo se mete el sol y cómo se da crema el personal. Pero no, nos vamos a tener que conformar con que nieve de mentiras. Pues bueno, puestos a hacer el ridículo se me ocurre que pongan un trampolín de ésos de 90 metros y podamos ver los saltos de Garmisch-Partenkirchen en la mismísima calle Curia. Y luego metemos a la marcha Radetzky en la catedral y así no hay que poner la tele el día 1. Ya que hacemos el minga, vamos a hacerlo bien, que se nos note que no tenemos nada que envidiar a los de Lepe.
Va a nevar en Pamplona, como en Lepe. En Lepe hace más de 50 años que no nieva y por eso el alcalde hace que nieve todos los días de ocho a ocho y cuarto, exactamente. Ha puesto unos cañones de nieve en la plaza Consistorial y ahí se reúne la gente todas las tardes mientras pelan unas gambas, que para eso Lepe está en Huelva, para que haya gambas que pelar. Parece ser que la idea está gustando mucho en Lepe y que los niños están muy contentos de que nieve en Lepe. Bien. En el pueblo de Amanece que no es poco, un pueblo que que yo sepa no tiene nombre, no nieva, pero para compensar hacen flash-back, que, traducido al cristiano, viene a ser acordarse del pasado. En Pamplona, como no podemos hacer flash-back, que se sepa, pues nos vamos a acordar del pasado haciendo también que nieve. Va a nevar concretamente cinco días en cinco plazas del Casco Viejo. Acojonante. Yo, que les tengo mucho cariño a los comerciantes –que son los que han alumbrao la nevada-, no doy crédito a semejante cosa, que nos tengamos que poner ahora a hacer que nieve para animar las calles, ya de por sí animadas cuando de hacer gasto navideño se trata. No sé, a mi me gustaría más que pusiesen una playa, con sus olitas y sus conchas y sus bikinis, para poder acodarme en un escaparate y ver cómo se mete el sol y cómo se da crema el personal. Pero no, nos vamos a tener que conformar con que nieve de mentiras. Pues bueno, puestos a hacer el ridículo se me ocurre que pongan un trampolín de ésos de 90 metros y podamos ver los saltos de Garmisch-Partenkirchen en la mismísima calle Curia. Y luego metemos a la marcha Radetzky en la catedral y así no hay que poner la tele el día 1. Ya que hacemos el minga, vamos a hacerlo bien, que se nos note que no tenemos nada que envidiar a los de Lepe.
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