07 diciembre 2006

Sal

Leo que el Ayuntamiento de Pamplona ha repartido a algunos colegios y centros de salud 2.500 kilos de sal. Hombre, estiraros un poco y darles también patatas, aceite y huevos, que al precio que están hacerse una tortilla de patatas va a salir más caro que irse de pintxos –bueno, tanto como eso no-. Oye, que las patatas han subido un 25% y el aceite de oliva un 16%, que es una barbaridad, ¿no? Pues eso, menos sal y más condumio, que además, total, pa lo que va a nevar por aquí y nada se les va a quedar la sal muerta de la risa y toda mazacote por culpa del cambio climático, que no sabemos si es lo que está pasando de verdad o es un simple ciclo, como lo de Osasuna, que hasta hace tres partidos se resbalaban al rematar y ahora lo meten todo, supongo que gracias a que también echaron sal en las áreas o vete a saber qué misterio. A mi, la verdad, lo del cambio climático me tiene preocupao, porque es que ya no sabe uno qué ponerse. Más o menos lo que me pasa con ese cambio que tanto anhelan muchos en relación a la alcaldía de esta ciudad, que al final tanto anhelar tanto anhelar y no vaya a ser que se quede en nada, como con la nieve, que mucho anuncio y mucha alerta y luego vemos la nieve en foto y contentos. Hablando de contentos. Mucho lo tienen que estar en el Gobierno de Navarra con esas cifras que han dado de las visitas a Javier: 1.200.000 según Sanz y millón y medio según el arzobispo, que o barre más para casa o tiene otras fuentes. Da igual, el asunto es que, según ellos, aquello ha sido como Woodstock pero más mariano. Ahora, lo que nos queda por ver es si también se ha quedado la cosa hecha una mierda, el presupuesto, me refiero, que me da a mi que el sarao nos ha salido a precio de tortilla de patatas y ya no queda ni para la sal.