Colarse
Leo a un destacado dirigente del PSN: “Quiero presentar el programa con el que vamos a ganar y llevar a Fernando Puras al Palacio de Navarra”. ¡Ya estamos! Otro que se quiere saltar la cola para las visitas guiadas a Diputación. Pues no, te esperas, como todos, que mi abuela llamó una vez y le dijeron que había una lista de espera de días. Y mi abuela días no espera ni loca, que hasta te cuelga el teléfono sin acabar la conversación –es lo que tiene el ganchillo, que si te despistas la cagas: “¡Ya he perdido el punto!”, suele gritar-. También le leí a Puras que decía que ellos no iban a ser apoyo de nadie ni la llave de nadie. Pues nada, ya os inventaréis algo, porque ganar lo que se dice ganar –esto es, ser los más votados- pues parece como que no, pero vamos, que no seré yo el que te quite la ilusión, ni el que te quite el color, que ése ya te lo quitó el que te hizo el cartel electoral, que parece que te han rellenao el alma de cuajada y te has comido un par de ésos helados Drácula que comíamos de pequeños y que no se te iba el morao de los morros en dos años. Hasta aquí la parte técnica. Pasemos a la ideológica. Aquí debería haber dejado yo un hermoso espacio en blanco, porque llevo un buen rato pensando y no se me ocurre nada qué decir acerca de la ideología del PSN, quizá porque la desconozco. Es que eso de progresía, social y tal y pascual pues como que me aturde, porque vamos, conozco yo a socialistas que me descojono de lo social y lo pascual y lo tal, fíjate. Que claro que los habrá que sí, pero no sé, no termino yo de verlos imponiendo sus preceptos frente al sistema económico y social ya existente. Dicho esto, el que sea socialista, ya sabe, a votar a Puras, para que le puedan llevar a Diputación sin necesidad de colársele a mi abuela.
Leo a un destacado dirigente del PSN: “Quiero presentar el programa con el que vamos a ganar y llevar a Fernando Puras al Palacio de Navarra”. ¡Ya estamos! Otro que se quiere saltar la cola para las visitas guiadas a Diputación. Pues no, te esperas, como todos, que mi abuela llamó una vez y le dijeron que había una lista de espera de días. Y mi abuela días no espera ni loca, que hasta te cuelga el teléfono sin acabar la conversación –es lo que tiene el ganchillo, que si te despistas la cagas: “¡Ya he perdido el punto!”, suele gritar-. También le leí a Puras que decía que ellos no iban a ser apoyo de nadie ni la llave de nadie. Pues nada, ya os inventaréis algo, porque ganar lo que se dice ganar –esto es, ser los más votados- pues parece como que no, pero vamos, que no seré yo el que te quite la ilusión, ni el que te quite el color, que ése ya te lo quitó el que te hizo el cartel electoral, que parece que te han rellenao el alma de cuajada y te has comido un par de ésos helados Drácula que comíamos de pequeños y que no se te iba el morao de los morros en dos años. Hasta aquí la parte técnica. Pasemos a la ideológica. Aquí debería haber dejado yo un hermoso espacio en blanco, porque llevo un buen rato pensando y no se me ocurre nada qué decir acerca de la ideología del PSN, quizá porque la desconozco. Es que eso de progresía, social y tal y pascual pues como que me aturde, porque vamos, conozco yo a socialistas que me descojono de lo social y lo pascual y lo tal, fíjate. Que claro que los habrá que sí, pero no sé, no termino yo de verlos imponiendo sus preceptos frente al sistema económico y social ya existente. Dicho esto, el que sea socialista, ya sabe, a votar a Puras, para que le puedan llevar a Diputación sin necesidad de colársele a mi abuela.
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