Los Mierdosos
El mejor concierto que he visto en mi vida –al margen de los de El Maestro, los de Van Morrison y uno de Shane McGowan en el que le costó cerca de dos minutos de reloj cruzar 10 metros de escenario antes de firmar una espectacular versión de Dirty old town- fue uno que vi con mi amigo Kiko en el mítico Katiuska, que ya no sé ni si existe. El caso es que me enteré y se lo dije. Mi amigo Kiko, que siempre se ha apuntado a un bombardeo, no tenía ni idea del grupo que actuaba, pero le convenció el nombre: Los Mierdosos. Lo pasamos de a metro, disfrutamos del rock, nos reímos como casi nunca y salimos de allá encantados de haber visto al bueno del Jujano –que en paz descanse- y a sus acompañantes, buenos músicos y buena gente. Entre los hits de la noche recuerdo el sorteo de un vibrador –no nos tocó- y una excelente interpretación del Vivir así es morir de amor de Camilo Sesto, mucho antes de que la hiciera archifamosa El Chaval de la Peca. Queda ya poca gente como el Jujano, pero sobre todo queda ya cada vez menos colaboración –más bien crecen los impedimentos- para que los bares ofrezcan divertimento a raudales y rock, sorteen o no un vibrador, lo que nunca está de más. Decía el otro día uno de los artistas que firma encima mía –un columnista, no como yo, que soy paridista- que la oferta músical no está entre las 10 cosas más importantes para ofrecer en unas elecciones, pero, pese a ello, se quejaba del páramo en el que nos encontramos. Tenía razón, pero no sé por qué algo tan importante como el ocio y la cultura –la de Los Mierdosos o la de la Coral de Cámara- jamás figuran en programa alguno, como si fuese algo de macarras, con rastas o sin ellas, pero macarras al fin y al cabo. Yo creo que es porque al final nos siguen considerando unos mierdosos.
El mejor concierto que he visto en mi vida –al margen de los de El Maestro, los de Van Morrison y uno de Shane McGowan en el que le costó cerca de dos minutos de reloj cruzar 10 metros de escenario antes de firmar una espectacular versión de Dirty old town- fue uno que vi con mi amigo Kiko en el mítico Katiuska, que ya no sé ni si existe. El caso es que me enteré y se lo dije. Mi amigo Kiko, que siempre se ha apuntado a un bombardeo, no tenía ni idea del grupo que actuaba, pero le convenció el nombre: Los Mierdosos. Lo pasamos de a metro, disfrutamos del rock, nos reímos como casi nunca y salimos de allá encantados de haber visto al bueno del Jujano –que en paz descanse- y a sus acompañantes, buenos músicos y buena gente. Entre los hits de la noche recuerdo el sorteo de un vibrador –no nos tocó- y una excelente interpretación del Vivir así es morir de amor de Camilo Sesto, mucho antes de que la hiciera archifamosa El Chaval de la Peca. Queda ya poca gente como el Jujano, pero sobre todo queda ya cada vez menos colaboración –más bien crecen los impedimentos- para que los bares ofrezcan divertimento a raudales y rock, sorteen o no un vibrador, lo que nunca está de más. Decía el otro día uno de los artistas que firma encima mía –un columnista, no como yo, que soy paridista- que la oferta músical no está entre las 10 cosas más importantes para ofrecer en unas elecciones, pero, pese a ello, se quejaba del páramo en el que nos encontramos. Tenía razón, pero no sé por qué algo tan importante como el ocio y la cultura –la de Los Mierdosos o la de la Coral de Cámara- jamás figuran en programa alguno, como si fuese algo de macarras, con rastas o sin ellas, pero macarras al fin y al cabo. Yo creo que es porque al final nos siguen considerando unos mierdosos.
4 Comments:
Lo de los mierdosos te va que ni pintado.
Lo de los mierdosos te va que ni pintado.
A insultar vas a otro lado. Si quieres aportar ideas, quejas o opiniones, es tu sitio. Si no, a otro sitio, no a este.
Existe algún disco de tan escatológico grupo musical? Me gustaría saber si eran ellos quienes cantaban un himno de mi juventud que comenzaba por "Te quiero Fermíííínnnnn......" (Cántese con la música de "I want to break free de Queen")
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