Listozabal
Creo que me voy a presentar al nuevo concurso que prepara Tele 5. La duda que tengo es si apuntarme en el grupo de los guapos o en el de los listos, que es como se va a dividir la cosa: los guapos tratarán de ser listos y los listos tratarán de ser guapos. Tal vez en el proceso los listos se atonten y los guapos se afeen, que es lo que les pasa a los escaladores cuando mejoran contra el crono: que ya no escalan tan bien. Yo siempre he intentado ser o listo o guapo, alguna de las dos, y me parece que si no me presento y recibo la pertinente formación me voy a quedar a medio camino y ése es un camino muy malo, porque en esta vida hay que ser algo. El concurso, cómo no, lo presentarás Jesús Vázquez, que es trialgo: guapo, listo y gay. ¿Ven? El mundo está muy mal repartido. Woody Allen, por ejemplo, es feo, pero listo. Y toca el clarinete bastante bien. Ahí lo tienen, que ha tenido unas novias la mar de guapas y él bien feo que es. Pero listo y músico. Ya lo dijo: soy lo suficientemente feo y lo suficientemente bajo como para triunfar por mi mismo. Siempre he tenido esa duda: ¿a quién les cuesta más triunfar, a los listos o a los guapos? Tampoco sé muy bien qué es triunfar. Ni qué es ser listo -¿es lo mismo que inteligente?, ¿qué es ser inteligente?-. Pero sé muy bien qué es ser guapo –o su variante intelectual, atractivo-, porque yo devoro revistas como Ragazza y Cosmopolitan y ahí te viene todo: es la biblia del aspirante a Don Juan, el Bricomanía de los chulos de playa. Creo que preferiría ser guapo. Ya, ya sé que la belleza se acaba terminando, pero ¿y lo bien que te lo pasas mientras dura? Ya lo dijo Allen: quiero reencarnarme en las yemas de los dedos de Warren Beatty. Y si lo dice él, que es listo, a ver quién es el guapo que le replica.
Creo que me voy a presentar al nuevo concurso que prepara Tele 5. La duda que tengo es si apuntarme en el grupo de los guapos o en el de los listos, que es como se va a dividir la cosa: los guapos tratarán de ser listos y los listos tratarán de ser guapos. Tal vez en el proceso los listos se atonten y los guapos se afeen, que es lo que les pasa a los escaladores cuando mejoran contra el crono: que ya no escalan tan bien. Yo siempre he intentado ser o listo o guapo, alguna de las dos, y me parece que si no me presento y recibo la pertinente formación me voy a quedar a medio camino y ése es un camino muy malo, porque en esta vida hay que ser algo. El concurso, cómo no, lo presentarás Jesús Vázquez, que es trialgo: guapo, listo y gay. ¿Ven? El mundo está muy mal repartido. Woody Allen, por ejemplo, es feo, pero listo. Y toca el clarinete bastante bien. Ahí lo tienen, que ha tenido unas novias la mar de guapas y él bien feo que es. Pero listo y músico. Ya lo dijo: soy lo suficientemente feo y lo suficientemente bajo como para triunfar por mi mismo. Siempre he tenido esa duda: ¿a quién les cuesta más triunfar, a los listos o a los guapos? Tampoco sé muy bien qué es triunfar. Ni qué es ser listo -¿es lo mismo que inteligente?, ¿qué es ser inteligente?-. Pero sé muy bien qué es ser guapo –o su variante intelectual, atractivo-, porque yo devoro revistas como Ragazza y Cosmopolitan y ahí te viene todo: es la biblia del aspirante a Don Juan, el Bricomanía de los chulos de playa. Creo que preferiría ser guapo. Ya, ya sé que la belleza se acaba terminando, pero ¿y lo bien que te lo pasas mientras dura? Ya lo dijo Allen: quiero reencarnarme en las yemas de los dedos de Warren Beatty. Y si lo dice él, que es listo, a ver quién es el guapo que le replica.
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